Para aliviar la congestión existente y enfrentar el futuro crecimiento en la circulación de vehículos de pasajeros y de mercancías entre San Diego y Tijuana, los gobiernos federales, estatales y locales de Estados Unidos y México planean un nuevo cruce fronterizo, el Otay Mesa II, cuyo costo se estima en 100 millones de dólares, destacó el subsecretario de Infraestructura, Cedric Escalante.

Durante la Conferencia Bilateral México-Estados Unidos para el Desarrollo de la Infraestructura, Escalante Sauri dijo que está en proceso de liberación el derecho de vía para la construcción de la conexión carretera hasta el nuevo cruce, para lo que se empleará el esquema de concesión vía licitación.

Explicó que el plan consiste en la construcción de un nuevo cruce internacional y puerto fronterizo, en una superficie total de 314,773 metros cuadrados, ubicado al este del actual cruce en Mesa Otay.

Acompañado por el Encargado de Negocios de la Embajada de Estados Unidos, John Creamer y del presidente de la CMIC, Eduardo Ramírez Leal, el funcionario dijo que el Otay Mesa II atenderá las áreas de San Diego, California, en EU, y Tijuana, Baja California, en México.

Destacó que en el norte del país se ubican 54 cruces fronterizos. La infraestructura usada para exportar bienes por tierra alcanzó, en 2017, un valor de 384,734 millones de dólares a través de autotransporte y 79,944 millones de dólares por tren; 56 por ciento fueron exportaciones de México hacia Estados Unidos y 44 por ciento importaciones.

La zona Tijuana-San Diego (una de las ocho regiones norteñas), la más importante de toda la frontera, atiende al 30 por ciento de los pasos diarios de automóviles, al 38 por ciento de los autobuses y al 30 por ciento de peatones.

Por su parte, la zona Nuevo Laredo-Laredo es la más utilizada por los camiones, con alrededor de 2.2 millones de cruces al año.

Las otras regiones son Mexicali-Calexico, California; Nogales-Nogales, Arizona; Ciudad Juárez-El Paso, Piedras Negras-Eagle-Pass, Reynosa-McAllen y Matamoros-Brownsville.