Si bien en los últimos años la industria del transporte ha atravesado por una transformación significativa hacia los vehículos eléctricos en Estados Unidos (EU), persiste el desafío de la disponibilidad de componentes y la infraestructura de origen nacional para su producción.

Así lo determinó la Revisión Cuatrienal de la Cadena de Suministro, una evaluación presentada por el Gobierno de Joe Biden sobre los cuatro años de trabajo para fortalecer las cadenas de suministro críticas de EU.

En dicho documento, se reconoce que las preocupaciones ambientales han promovido avances tecnológicos y regulaciones que impulsan la adopción de las tecnologías cero emisiones; sin embargo, persiste la dependencia de fuentes extranjeras para los componentes críticos para estas tecnologías, como el litio, cobalto, grafito y níquel. 

Si bien reconoce que EU puede producir algunos componentes a nivel nacional, la cadena de suministro a menudo depende de otros países para materiales esenciales, como baterías de iones de litio y productos electrónicos especializados. 

“La dependencia de fuentes extranjeras puede exponer al sector del transporte a riesgos geopolíticos, interrupciones en la cadena de suministro y fluctuaciones en los precios de las materias primas”, alerta el análisis presentado por la administración federal a días de culminar. 

Agrega que la disparidad puede hacer que las baterías fabricadas en EU sean menos competitivas en el mercado global, toda vez que el país aún no ha logrado las economías de escala que se observan en China, por ejemplo, donde la producción a gran escala e incentivada por el Gobierno reduce los costos unitarios.

Otro factor que complica aún más la cadena de suministro para esta industria es la falta de minerales críticos adecuados y de instalaciones de refinación, pues la mayoría de estas actividades se concentran en el extranjero, en particular en China, que ha establecido una posición dominante en la cadena de suministro de baterías global. 

El análisis señala que la construcción y modernización de las instalaciones de procesamiento de EU requiere una inversión financiera y de tiempo sustanciales, junto con el desarrollo de conocimientos especializados para garantizar la producción de componentes de baterías de alta calidad. 

Respuestas al reto

Al asumir el cargo en 2021, Joe Biden instruyó la realización de este documento con el objetivo de evaluar los impactos de la pandemia de COVID-19 en las cadenas de suministro, pero también sugiere acciones para mitigar los riesgos en los próximos años.

Sobre este tema, el análisis señala entre los primeros pasos:  

  • Examinar las iniciativas de inversión pública y privada y los incentivos destinados a traer las actividades de fabricación y de la cadena de suministro de vuelta a EU
  • Adoptar requisitos de contenido o incentivos que fomenten el uso de materiales, componentes y servicios de origen estadounidense en proyectos de infraestructura de vehículos eléctricos.

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Asimismo, para disminuir la dependencia del litio importado, sugiere generar financiamiento, estímulos y agilidad en procesos administrativos para impulsar la producción nacional. 

“Las colaboraciones con Canadá y Australia (fuentes clave de minerales críticos) también presentan una oportunidad para alinear los objetivos de sostenibilidad con prácticas de abastecimiento confiables”, destaca. 

De hecho, el documento también sugiere que la producción de baterías debe expandirse dentro de toda la región Norteamérica, para garantizar que las futuras cadenas de suministro de vehículos eléctricos sean seguras. 

“Las asociaciones regionales con México y Canadá, respaldadas por el T-MEC, y con otros socios comerciales confiables, ayudarán a construir redes de suministro más integradas y flexibles que puedan responder rápidamente a las interrupciones”, comparte el análisis.

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