Las nuevas tecnologías en los motores diésel van de la mano con el desarrollo de componentes que ayudan a contrarrestar el impacto ambiental por parte de la industria armadora de vehículos pesados, como lo es el filtro de partículas diésel (DPF, por sus siglas en inglés).

Es por eso que las tendencias sostenibles y de eficiencia han llevado al desarrollo de soluciones que reduzcan las emisiones de partículas nocivas, y tal es el caso del DPF. 

El DPF es un componente utilizado en los motores diésel para reducir la cantidad de partículas nocivas liberadas a través de los sistemas de escape. 

Estas partículas -que bien pueden ser hollín o partículas de carbono- son un subproducto de la combustión del diésel y pueden ser perjudiciales tanto para la salud humana como para el ambiente.

Es por eso que el principal objetivo del DPF es atrapar las partículas de hollín presentes en los gases de escape antes de que salgan por el tubo de escape del vehículo. 

Esto se logra mediante un proceso de regeneración, que puede ser pasiva, activa o forzada. En caso de que los niveles de hollín superen el 70%, se puede llevar a cabo una regeneración forzada, donde se toman medidas adicionales para eliminar las partículas acumuladas.

¿Cómo funciona el DPF?

El proceso de regeneración del DPF se realiza de forma automática, lo que simplifica el mantenimiento para los transportistas. 

La eficiencia del filtro se debe a que cuenta con un sólido catalizador de oxidación, que permite una limpieza continua de las partículas de hollín. Además, algunos DPF están equipados con un filtro de cerámica que atrapa y quema el hollín restante, lo que asegura una mayor eficacia en la reducción de las emisiones.

El regenerado automático o continuo del DPF ocurre durante la conducción a altas velocidades, cuando los gases de escape se calientan lo suficiente como para quemar y eliminar constantemente las partículas de hollín atrapadas en el filtro. 

Sin embargo, en recorridos urbanos donde las altas velocidades no son comunes, el motor del vehículo eleva la temperatura de los gases de escape para permitir la regeneración automática.

Regeneración activa

Cuando el filtro se llena de hollín hasta un límite fijado (alrededor del 45 %), el ECU del vehículo pondrá en marcha la inyección de combustible postcombustión para aumentar la temperatura de los gases de escape y activar la regeneración. 

Si se apaga el motor mientras la regeneración está en marcha, puede que no se complete. Se encenderá un testigo de advertencia para indicar que el filtro está parcialmente bloqueado.

Así, debería poderse completar un ciclo de regeneración y hacer desaparecer el testigo de advertencia conduciendo y aumentando la temperatura.

Síntomas de la regeneración activa

Los ventiladores de refrigeración están en marcha

Aumento de la velocidad de ralentí

Desactivación de la parada/arranque automáticos

Un ligero aumento del consumo de combustible

Un olor caliente y agrio de los gases de escape

Cambio en el tono del motor

Si la regeneración fracasa debido a un ciclo de conducción insuficiente, el combustible adicional que se ha inyectado en los cilindros no se quemará y pasará al cárter. 

Como resultado de esto, la calidad del aceite se deteriorará y aumentará el nivel de aceite. La mayor parte de los motores equipados con filtros DPF contarán con un sensor de viscosidad/calidad del aceite, pero es importante que verifique que el nivel de aceite no suba por encima del nivel máximo en la varilla, ya que los motores diésel pueden funcionar con su propio aceite si el nivel es excesivo – con frecuencia hasta el punto de destruirse.

Si ignoras el testigo de advertencia del filtro de partículas diésel y sigues conduciendo con un patrón de parada/arranque relativamente lento, se seguirá acumulando hollín hasta el 75 % y entonces es probable que se enciendan más testigos de advertencia en el salpicadero. 

Llegados a este punto, conducir a una velocidad alta no bastará para limpiar el filtro y tendrá que llevar el coche a un concesionario para «forzar» la regeneración.

Regeneración forzada

La regeneración forzada es precisa cuando no se han dado los criterios de regeneración «activa» y los niveles de hollín del filtro DPF han aumentado hasta aproximadamente el 70 %. Si se deja, la carga de hollín continuará. 

En este nivel, se debe utilizar una herramienta diagnóstica para forzar la regeneración. Con una carga de hollín de aproximadamente el 85 %, ya no es posible realizar la regeneración en el vehículo y tendrá que extraer el filtro DPF para limpiarlo o sustituirlo.

¿Qué cosas pueden impedir la regeneración normal?

Desplazamientos cortos frecuentes en los que el motor no alcanza la temperatura de funcionamiento normal

El tipo de aceite incorrecto – los coches equipados con un filtro de partículas diésel necesitan aceites de motor bajos en cenizas y en sulfuro

Un problema con el sistema de entrada, de combustible o de recirculación de los gases de escape (EGR) que provoque una combustión incompleta aumentará la carga de hollín

Un testigo de advertencia encendido o un código de error de diagnóstico registrado en el sistema de gestión del motor puede impedir la regeneración activa o de catalizadores.

Los niveles bajos de combustible impedirán que se produzca la regeneración activa. Por lo general, se necesita ¼ de depósito.

Te invitamos a escuchar el episodio más reciente de nuestro podcast Ruta TyT: