Cada año mueren 16,165 personas a causa de un accidente vial. Eso le cuesta al país más de 150,000 millones de pesos, cifra que representa 1.7% del PIB nacional. Si bien las causas son multifactoriales, hay mucho que se puede hacer desde la trinchera del autotransporte.

Durante el primer día de actividades del Segundo Congreso Nacional en Seguridad Vial, organizado por la Asociación Nacional de Transporte Privado (ANTP), Jorge Jacobo, country manager de la consultora CEPA, detalló que, en promedio, un accidente vial le cuesta 100,000 pesos a una flota mexicana.

Casi el 50% de esta cifra, señaló el consultor, está directamente relacionado con la productividad de un vehículo detenido. Y el resto se divide en deducibles, grúas, corralones y reparaciones.

El especialista enlistó conceptos antes y después de un incidente. La balanza entre unos y otros, dijo, puede ser la diferencia entre prevenir un desembolso importante o evitar, incluso, que suceda una catástrofe.

Mientras más se invierta en los rubros anteriores al incidente, menor probabilidad habrá de tener que gastar después de éste.

Costos antes del evento:

  • Costo de reputación: atender incidentes reportados en redes sociales
  • Pólizas.
  • Instalaciones y señalización apropiadas.
  • Espacio suficiente para unidades adicionales.
  • Evaluación, inducción y capacitación a los miembros de las flotas.
  • Gestión del comportamiento de las personas a través de seguimientos.
  • Gestión del tiempo de viaje (NOM-087).
  • Sistemas de seguridad.
  • Mantenimientos.
  • Estiba de la carga.
  • Pesos y dimensiones.
  • Redacción de políticas y reglamentos.
  • Capacitación en todos los departamentos.
  • Contratación de personal suficiente.
  • “Estos rubros, en su mayoría, son controlables, y tienen repercusiones positivas”.
Costos después del evento:
  • Costo de reputación.
  • Multas.
  • Daño a la vía y sus consecuencias.
  • Lesiones.
  • Tiempo presencial.
  • Jurídicos.
  • Daños o pérdidas del vehículo.
  • Traslado y almacenaje del vehículo.
  • Sustitución del vehículo.
  • Pérdida de productividad.
  • Pérdida de clientes.
  • Pago de penalizaciones.
«Estos no son controlables y sus repercusiones asociadas casi siempre son negativas».

El factor humano y el sueño

Además de la prevención, Alberto Mendoza, del Instituto Mexicano del Transporte (IMT), y Rufino León, de la Asociación Mexicana de Autoridades de Movilidad (AMAM), acotaron sobre la importancia de atender el papel que juegan las personas en los accidentes viales y un factor crucial: el sueño.

Mendoza Díaz dijo que entre las causas típicas de un siniestro vial en carreteras federales, el 77% es el factor humano, seguido por el propio vehículo, con 5%, la infraestructura con casi 2% y el 0.24% por desastres naturales.

Al respecto, León Tovar, quien funge como el enlace entre la AMAM y el equipo de transición de AMLO, ahondó sobre la importancia de conducir descansado, ya que el sueño es un factor ineludible a la hora de hablar de seguridad vial.

En este sentido, adelantó que en próximas semanas se reunirán con el equipo del presidente electo para presentar una propuesta integral en materia de movilidad y seguridad vial.

El segundo Congreso Nacional en Seguridad Vial de la ANTP se lleva a cabo del 26 al 28 de agosto, en Querétaro, y tiene contempladas charlas técnicas, conferencias, paneles y una serie de exhibiciones de los distintos sistemas de seguridad en vehículos de carga con distintas configuraciones.