Santiago acaba de comprar unos tenis en Mercado Libre. Su número es 6.5, pero los pidió en 7, por cualquier cosa. La descripción del producto garantiza la devolución y/o cambio, sin costo, en un plazo máximo de 30 días. Él no quiere gastar más tiempo y está dispuesto a usar el calzado un poco más grande.

 

Previo al envío, el vendedor le llama para confirmar el pedido. Nada más para no dejar, le pregunta qué tan amplios vienen los tenis. La respuesta es clara: son estándar, es decir, igual y si calzas del seis y medio, también te quedan. Listo. El intercambio está pactado.

 

En las cláusulas se estipula un máximo de cinco días para que el producto llegue al destino. De Monterrey al Estado de México. Desde ese momento se echa a andar toda la maquinaria logística de Mercado Libre. Javier Dolcet, director de Operaciones de la compañía en el país, explica cómo funciona y cuáles son los principales retos para satisfacer las demandas de los usuarios.

 

Las mismas oportunidades para todos

 

El 90% de los vendedores en Mercado Libre corresponde a pequeñas y medianas empresas. Y ahí radica la clave de su éxito, pues, recientemente, la compañía hizo una inversión de 300 millones de dólares para su plataforma Mercado Envíos, una solución que agilizó sus entregas hasta en 40 por ciento.

 

“Con nuestros más de 130,000 metros cuadrados en los dos centros de distribución en el Estado de México hemos democratizado el comercio electrónico, ya que sin importar el tamaño de una empresa, todos tienen las mismas oportunidades”, señaló el directivo.

 

De esta manera, agregó, uno de los principales retos en toda la cadena logística está en la alianza con los proveedores de transporte. Desde el servicio público federal hasta las empresas de paquetería e, incluso, con flota propia, Mercado Libre almacena todos los productos en estos puntos y los hace llegar a su destino.

 

En el caso arriba mencionado, toda la ruta logística está perfectamente planeado para que los tenis de Santiago lleguen en tiempo y forma, pero ¿qué pasa si no le quedan o si decide cambiarlos?

 

Contario a lo que pudiera pensarse, no hay un vehículo que vaya por esos tenis hasta su domicilio y los devuelva con el vendedor. No se genera un viaje adicional. Más bien se aprovecha la logística inversa para que el comprador lleve su producto a una oficina de las empresas de paquetería, y listo.

 

“En este sentido, la cadena logística de ida y vuelta está garantizada. Los retos, en este sentido, están relacionados con las restricciones vehiculares en algunas ciudades, como contingencias ambientales o temas de movilidad, pero no por disponibilidad y mucho menos por demandar más vehículos en las calles. Buena parte de las eficiencias de nuestro modelo radica en hacer más eficiente cada viaje, vehículo y pedido”, agregó Dolcet.