Una estrategia o departamento de cumplimiento normativo mitiga los riesgos operativos y fortalece el prestigio de las compañías transportistas. Aquellas empresas que cuentan con este tipo de controles han registrado una disminución en la incidencia de accidentes, coinciden expertos.

Alejandro Villalobos, socio líder del sector transporte de la consultora KPMG, señala que hay cifras de varias organizaciones en el país que reflejan un menor número de percances en los que se ven involucrados, gracias a esta visión.

 

“Nos falta mucho camino por recorrer, pero hay muchas organizaciones que ya han empezado a tomar medidas para la seguridad de sus operadores, a fin de evitar verse inmiscuidos en accidentes. Cada día hay más conciencia, sobre todo por los beneficios que les va a aportar”, afirma en entrevista TyT.

Grupo Transportes Monterrey, una de las mayores empresas de autotransporte en el país, comparte su estrategia: todas las necesidades de su operación, los requerimientos de los clientes y las adecuaciones fuera de programación se enfocan en la seguridad.

Bajo esta cultura, la empresa ha definido tres fases de su plan: prevención con buenas prácticas, actuación ante un accidente y lecciones de aprendizaje.

Desde hace más de 15 años mantiene en funcionamiento su Programa Permanente de Seguridad (PPS), un plan de gestión que tiene por objetivo eliminar todas las condiciones de operación y de comportamiento que puedan originar riesgo de siniestros.

 

“Hace 10 años recorríamos el 40% de los kilómetros que recorremos ahora. Con un crecimiento exponencial de las operaciones, el riesgo de exposición a incidentes también aumenta. Este programa permanente nos ha permitido gestionar el riesgo”, indica en entrevista Manuel Valente, Gerente de Seguridad Vial de GTM.

Cada semana, las terminales de la organización transportista dedican un día para realizar una junta de seguridad con sus colaboradores y operadores en la que revisan registros de paradas no permitidas, exceso de velocidad, horas de trabajo excedidas, doping aplicados y sus resultados, capacitación e indicadores de actuación.

Estos reportes se analizan bajo Comités de Desempeño, que a su vez reportan a Comités Administrativos, liderados por el director de cada empresa del Grupo. Finalmente, los directivos –responsables de la aplicación del PPS en cada una de las terminales– se reúnen con el director administrativo para revisar los resultados.

Además, si ocurriera un incidente vial, bajo este mismo PPS se ha establecido cómo revisar, investigar, documentar, informar al personal lo que sucedió y los planes de acción para que no se repita.

La empresa ha desarrollado un manual de atención al siniestro, en el que tiene definido quién debe acudir y su función: un colaborador atiende al operador, otro revisa las condiciones del equipo, y otro da salida a los requerimientos de la autoridad; en caso de un tercero lesionado, también se ocupan de su atención inmediata.

 

“Con este protocolo hemos tenido muy buena relación con autoridades del ámbito federal, como lo es la Policía Federal. Conocen que todos nuestros equipos están en regla y cumpliendo con las normativas. Documentamos y tratamos de minimizar el riesgo en el lugar”, agrega Valente.

La transportista también observa y aprende de casos fuera de su organización. Por ejemplo, si tienen conocimiento de un siniestro grave, tratan de investigarlo y documentarlo a través de su Sistema de Casos.

Además, trabaja en la adecuación anticipada de sus operaciones con las nuevas normas antes de su entrada en vigor. Los lineamientos son integrados al PPS, lo que facilita las modificaciones.