Bien dicen que hasta las grandes flotas comienzan con un solo vehículo, tal es el caso de Autotransportes Frigoríficos, S.A. de C.V. (AFRISA), compañía que vio la luz de la mano de un empresario que desde los 13 años se puso al frente de una unidad de carga, para más adelante iniciar su andar en el autotransporte como hombre-camión. Así describe Darío Mora la incursión de su padre en esta industria y los orígenes de la compañía que actualmente dirige.

El joven empresario relató que, luego de trabajar con vehículos torton y rabones, finalmente, en 1978 su padre pudo adquirir su primer tractocamión. En 1982, AFRISA sumó otros cuatro y una caja refrigerada.

A pesar de las crisis económicas y devaluaciones, el crecimiento de la compañía siguió su curso, reportando un incremento en 1995. Para 2002, la empresa contaba ya con una flota vehicular de tamaño considerable dedicada al transporte de productos perecederos.

El 2006 trajo consigo la incursión de la segunda generación en la empresa, encabezada por Darío Mora, quien comentó que vivió años complicados a su llegada, pues tuvo que enfrentar el aumento en los precios del combustible, inestabilidad económica y la propia inexperiencia que acusaba en aquella época. Con honestidad, reveló que vivieron momentos muy difíciles que provocaron una reducción en las unidades de su flota, e incluso estuvieron en riesgo de cerrar.

Para 2013, el panorama mejoró gracias a una visión enfocada en servicio al cliente, dio grandes frutos. Ofrecer tranquilidad y seguridad en el posicionamiento de unidades a los clientes y llegadas a tiempo en cargas y descargas. El paso de los años trajo para la familia Mora un mejor acoplamiento entre la experiencia de la primera generación y las ideas frescas aportadas por la segunda, así como la posibilidad de estructurar de forma óptima todos sus procesos, agilizar la toma de decisiones, apostar por la tecnología en sus unidades y la capacitación de sus colaboradores.

A la fecha, AFRISA presta sus servicios a clientes de alto nivel pertenecientes a las industrias: farmacéutica, agroalimentaria, lechera y cervecera. Su operación, explicó el directivo, consiste en transportar las materias primas a las plantas, el traslado de los productos terminados a los centros de distribución e incluso, a los puntos de venta.

Capacitación y tecnología: grandes aliados de la productividad

Darío Mora señaló que la preparación de sus colaboradores es un aspecto que han cuidado mucho en los últimos años, pues se han dado cuenta de que esto promueve una toma de decisiones más ágil, privilegia la capacidad de respuesta ante cualquier eventualidad y permite una gestión capaz de anticiparse a los hechos.

A su parecer, dos de las áreas que requieren especial atención e inversión son las de tráfico y monitoreo: la primera está conformada por un equipo de ocho personas, mientras que la otra cuenta con tres colaboradores en cada uno de los dos turnos. Explicó que el objetivo es procurar que las unidades reciban una supervisión activa y no reactiva: “Invertir en nuestra gente nos va a dar rendimientos a corto y mediano plazo”, enfatizó.

El trabajo de su equipo humano, dijo, está reforzado por el uso de tecnología; por un lado, aquella destinada a promover la seguridad de las unidades a través de GPS, anti jammers y botones de alerta y, por el otro, están aquellos aditamentos que buscan incrementar la rentabilidad de los vehículos para reducir los costos operativos. Entre estos últimos destacan los sensores de combustible, una configuración acorde con su actividad y, próximamente, la incorporación de componentes para mitigar colisiones, los cuales podrían favorecer una reducción en las pólizas de seguros.

Operadores capacitados: el gran reto

Uno de los principales desafíos identificados por el directivo es el déficit de operadores que acusa la industria del autotransporte en México, problemática que en varias ocasiones impide el crecimiento de las empresas. Al respecto, explicó que la compañía tapatía ha trabajado para atender esta situación a través de la capacitación para sus conductores, la implementación de controles antidoping, así como bonos por rentabilidad del camión, puntualidad y rendimiento.

El empresario se pronunció a favor de trabajar de la mano de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (CANACAR) para impulsar la formación de los operadores.