En 2020 entró en vigor el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el cual busca favorecer el comercio en América del Norte atendiendo también la tendencia de regionalizar la actividad económica como resultado de la pandemia por COVID-19.
Es importante destacar que, en 2019, los tres países representaron el 18.3% del PIB mundial, colocándose como la segunda economía global; su comercio significó seis billones de dólares, equivalente a 15.9% del comercio mundial, de acuerdo con información de la Secretaría de Economía con datos de la OMC y el FMI.
Respecto a la relación entre estos países, para México, Estados Unidos significó su principal socio con 506,994 millones de dólares (mdd) y Canadá se colocó como el quinto con 19,493 mdd en 2020.
Por su parte, de acuerdo con datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos, para el primer bimestre de 2021, México y Canadá se colocan como el primer y tercer destino de exportaciones, con 96,998 mdd y 93,278 mdd, respectivamente.
Mientras que para Canadá, EU se colocó en 2019 como el principal destino de exportaciones, concentrando el 75.4% del total. México se ubicó en quinta posición, por debajo de China, Reino Unido y Japón.
Mercancías en movimiento
La Oficina de Estadísticas del Transporte del Gobierno de Estados Unidos (BTS, por sus siglas en inglés), revela que en el atípico 2020, ese país movilizó productos por un total de 1.06 billones de dólares con sus socios del T-MEC, en donde el autotransporte y el ferrocarril fueron los medios de transporte más empleados.
En ambos casos, los vehículos terrestres –excluyendo a los ferrocarriles– son el tipo de carga más movilizada.
Por otro lado, la Oficina Nacional de Estadística de Canadá detalla que, en 2020, las exportaciones a México fueron equivalentes a 5,852 millones 872,503 dólares canadienses, es decir, 93,044 millones 310,273 pesos.
Asimismo, informa la dependencia gubernamental, se importaron mercancías por 29,876 millones 413,295 dólares canadienses, es decir, 474,951 millones 447,694 pesos.
En la relación comercial México-Canadá, los principales tipos de productos intercambiados son: vehículos y equipo de transporte, productos vegetales y equipo electrónico.
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Se suben al tren de las oportunidades
Como muestra de las oportunidades que ofrece el T-MEC entre los tres países, Caxxor Group lanzó un proyecto para conectar infraestructura de transporte desde Mazatlán, Sinaloa, hasta Winnipeg, Canadá.
Se trata de un ambicioso proyecto que implica una inversión de alrededor de 3,330 mdd y en el que se desarrollarían puertos, aeropuertos, secciones de ferrocarril, parques industriales y centros logísticos.
A detalle, Caxxor Group va a crear infraestructura en 10 estados del país y otros activos en EU y Canadá. Tan solo en una primera etapa, prevé la construcción de un nuevo puerto de carga en Sinaloa, más de 180 kilómetros de ferrocarril hasta Durango, donde ya se invierte en el Centro Logístico e Industrial de Durango (CLID).
Asimismo, prevé que en el puerto de Sinaloa se instale el SI-PORT, una sede automatizada y de última generación que, en su primera fase, hará que el puerto de Mazatlán tenga una capacidad de entre uno y dos millones de TEU hacia 2024; y para 2035, en su última fase, se calcula que alcance una capacidad máxima de ocho millones de TEU.
Por otro lado, Canadian Pacific Railway Limited (CP) anunció la adquisición de Kansas City Southern (KCS) por aproximadamente 29,000 millones de dólares, una fusión que crearía la primera red ferroviaria que conectará a México, Estados Unidos y Canadá.
La sinergia operará aproximadamente 32,187 kilómetros de ferrocarril, empleará a cerca de 20,000 personas y generará ingresos totales cercanos a 8,700 mdd.
Con el mismo objetivo, la Canadian National lanzó su propia propuesta para combinarse con KCS, con mayor valor a la manifestada por su compatriota CP. Kansas City Southern informó que analizaría la oferta; sin embargo, aclaró, no ha tomado ninguna determinación.
Ambos proyectos destacan que gran parte de la infraestructura ya está desarrollada y solo requiere su integración y, en determinados casos, una rehabilitación.
Si bien en ambos proyectos la apuesta es por el desarrollo del ferrocarril, los dos contemplan la conectividad con el resto de los medios de transporte.