A pesar de que el trabajo remoto, a distancia, teletrabajo o también conocido como home office no es una práctica nueva, la pandemia lo aceleró de forma inesperada, pues muchas empresas tuvieron que adoptarlo prácticamente por un tema de mandato y con un fines estrictamente de salud.
A más de un año de haber tomado estas medidas, justo esta semana autorizaron la apertura gradual de oficinas en la Ciudad de México. Además, cada vez son más las entidades que avanzan en su semáforo epidemiológico, de tal manera que el teletrabajo sigue siendo una posibilidad y acaso parte de la nueva realidad.
Ante este contexto, KPMG México realizó un análisis comparativo de las expectativas, percepciones, necesidades y retos de las empresas y sus colaboradores respecto al teletrabajo y su implementación en el corto y mediano plazo.
De forma específica, Olivia Segura, directora de Asesoría en Capital Humano y Gestión del Talento de KPMG en México, explica los tres principales retos para llevar a cabo el teletrabajo.
El primero es la adopción de nuevas formas de comunicación y supervisión (72%); el segundo es el respeto del derecho a la desconexión al concluir la jornada pactada (49%), y por último, la determinación de horarios laborales (43%).
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Desde la perspectiva de los teletrabajadores, los principales rubros que se necesitan para ejercer el derecho a la desconexión son el cambio cultural en torno al respeto de los horarios laborales (73%) y mejorar las habilidades propias en cuanto a gestión del tiempo (58%).
Aunado a lo anterior, 56% de los colaboradores mencionan que no existe equilibrio entre las actividades personales y laborales bajo la modalidad de teletrabajo, ya que el trabajo profesional invade el tiempo personal.
Existe cierta relación entre lo que perciben las empresas y los colaboradores en este renglón, ya que 71% de las organizaciones señalan que la cultura corporativa ayudará a que el personal ejerza el derecho a la desconexión.
Sin embargo, 60% considera que el estilo de liderazgo actual permite ejercer el derecho a la desconexión previsto en la ley (no atender llamadas, correos, mensajes instantáneos o cualquier medio de comunicación, fuera del horario laboral), aun cuando 47% de los colaboradores considera necesario un cambio en el estilo de liderazgo de las empresas en las que laboran.