Ésta es una pregunta a la que Alex Theissen, presidente de la Asociación de Transporte Privado (ANTP), ha dado respuesta en las numerosas entrevistas y foros que han surgido en las últimas semanas tras los constantes señalamientos que ubican a los fulles como una amenaza latente para la seguridad de todos los que transitan por las carreteras mexicanas.
Consciente de la productividad de los dobles semirremolques en la operación de las empresas usuarias del servicio de carga, Theissen explica que la clave para contar con carreteras seguras en el país, depende del uso responsable de los fulles, es decir, que verdaderamente se trate de vehículos diferenciados: equipados con motor electrónico para limitar la velocidad máxima a 80 km por hora, frenos ABS de última generación, cadenas de seguridad para evitar que el segundo remolque se desprenda y, que dicha unidad sea conducida por un operador debidamente capacitado y con la licencia que avale su experiencia.
Además, precisó que no es un tipo de vehículo para todos los caminos, pues su circulación debe acotarse a las autopistas autorizadas y sin rebasar el peso máximo permitido de 75.5 toneladas.
“Los dobles remolques deben limitarse a las carreteras y a las condiciones adecuadas, no queremos cargar más, ni circular por todos los caminos”, precisó el presidente de la ANTP.
En entrevista con Ciro Gómez Leyva, Theissen señaló que la asociación que preside tiene tres propuestas puntuales para promover un entorno más seguro en materia de vialidad. La primera consiste en que las propias empresas usuarias del servicio de carga sean responsables de revisar que los proveedores de transporte que contraten, lleven las pesos permitidos, en unidades que cuenten con las medidas de seguridad necesarias, sin importar que se trate de remolques dobles o sencillos.
El segundo punto consiste en que no solo los Centros de Verificación autorizados por la SCT se encarguen de supervisar las condiciones físico-mecánicos de las unidades, sino que esta labor se haga extensiva a la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT), organismo que a través de los propios fabricantes de vehículos, podría desempeñar una revisión más transparente y eficiente.
Finalmente, el tercer punto corresponde a la necesidad de darle mayor impulso al Premios de Seguridad Vial, es decir, que rebase las fronteras de las empresas de transporte privado y se haga extensivo a un mayor número de flotas con el apoyo de la SCT.
En tanto, Leonardo Gómez, director de la ANTP, también expresó su apoyo a la permanencia de los dobles semirremolques en México, los cuales operan de forma exitosa en Estados Unidos, Canadá, Sudáfrica, Brasil, Australia y varios países europeos.
El directivo precisó que la prohibición de los fulles no resolvería la seguridad en las carreteras, pues su extinción traería consigo la necesidad de un mayor número de camiones con remolque sencillo, así como incremento en la demanda de operadores, por ello, conminó a los tomadores de decisión a considerar bien todas las implicaciones que esto podría tener.