El programa de Zonas de Comercio Exterior (Foreign Trade Zone, FTZ) abre un abanico de oportunidades para los exportadores mexicanos que buscan colocar sus productos en Estados Unidos, en especial la que se localiza en Port Laredo, Texas, por ser el punto de mayor intercambio comercial entre los dos países.
Federico Schaffler, administrador de la Zona de Comercio Exterior en Port Laredo, explica a TyT las oportunidades de obtener mejores costos y beneficios comerciales mediante el uso de estas zonas.
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Este programa de Zonas de Comercio Exterior fue creado en Estados Unidos, tras la Gran Depresión de 1929, con el objetivo de atraer inversión extranjera y de generar empleo.
Port Laredo es la número 94 de las 300 FTZ que existen y, sin duda, la más relevante por el volumen de intercambio comercial.
Específicamente, el programa de FTZ en Laredo tiene una relación muy estrecha con el Aeropuerto Internacional de Laredo, pues ambos recintos forman parte del mismo proyecto.
A favor de la competitividad
Este programa de comercio exterior brinda grandes beneficios a las empresas porque, al ingresar a esta zona considerada extranjera, las mercancías están bajo un régimen que les permite no pagar aranceles o impuestos; o bien atender un tema de manufactura ligera hasta el momento en que se realice el ingreso al país con diferentes beneficios, refiere Schaffler.
“El objetivo es proveer de más herramientas de competitividad para los profesionales del comercio exterior”, expuso el directivo.
Destacó que la posición de administrador de la Zona de Comercio Exterior en Port Laredo se creó recientemente, y es un puesto que ha sido bien aceptado, gracias a la experiencia previa de Federico Schaffler con el gremio aduanero como historiador de los agentes aduanales.
Al igual que como por su trayectoria como ex director del Instituto de Fronteras y Aduanas de la Confederación de Asociaciones de Agentes Aduanales de la República Mexicana (CAAAREM).
En la FTZ de Laredo participan actualmente cerca de 60 operadores, principalmente agentes aduanales; también se cuenta con operadores logísticos y la meta, destaca Federico Schaffler, es incrementar estos números.
Beneficios
Existen diversas ventajas competitivas al ingresar en una FTZ, expone su administrador, entre ellas sobresalen algunas como las siguientes.
En caso de que exportadores mexicanos necesiten programar el pago de impuestos correspondientes a sus exportaciones a Estados Unidos, al ingresar su mercancía en una FTZ, ésta puede permanecer en esa zona sin el pago de impuestos o del algún derecho, hasta que efectúen el trámite para realizar el proceso de ingreso al mercado americano.
Otro beneficio es que, si hay mercancías con cuotas o cupos, cuando se cierra el cupo y ya no se puede exportar de México a Estados Unidos, al entrar estos productos dentro de la FTZ no se contabilizan en la cuota y, una vez que se reinician las exportaciones de dicho productos, los que están en esta zona pueden ingresar de manera inmediata.
Un tercer ejemplo es cuando una entidad, como una agencia aduanal que opera del lado americano bajo el programa FTZ recibe, por ejemplo, 10 camiones por semana y cada día sacan dos, cada uno tiene que pagar un derecho de 528 dólares.
La ventaja con el programa es que puede sacar los 10 pagando solo una vez los 528 dólares, en lugar de pagar 5,280 dólares por los 10 camiones.
“Alguien que llegue a utilizar aproximadamente 10 embarques que ingresan al mercado americano por semana, en un año puede ahorrar hasta 250,000 dólares; ése es un gran atractivo”, apuntó Federico Schaffler.
Asimismo, las empresas que ocupen la FTZ pueden tener la certeza de que son supervisadas por las autoridades de migración y fronterizas como Customs and Border Protection (CBP), lo que garantiza la seguridad para las cadenas de suministro.
Manufactura ligera
Las FTZ operan con un esquema parecido a las zonas francas o de libre comercio en el mundo, y comparten algunas características con la figura de Recinto Fiscalizado Estratégico en México.
En una FTZ, por ejemplo, se pueden realizar procesos de manufactura ligera en el que ingresen dos o tres componentes o productos, que se ensamblen y que agreguen valor.
Cuando ese producto entra al mercado americano, en vez de pagar impuestos o aranceles por tres componentes y pagar tres aranceles, pagaría el que corresponda según el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que puede ser cero o el menor de los aranceles de los componentes individuales.
Esta “manufactura ligera” es una gran ventaja porque en un momento dado se fusionan los distintos aranceles en uno, que puede ser cero o puede ser el menor de todos. Esto es una gran ventaja también, dijo Schaffler.
“A través de las fronteras de Laredo se realiza el 38% del intercambio comercial entre México y Estados Unidos. El objetivo a corto plazo es consolidar la operación y acrecentar el número de usuarios beneficiarios de la FTZ”, agregó Federico Schaffler.
Las FTZ operan con un esquema parecido a las zonas francas o de libre comercio en el mundo, y comparten algunas características con la figura de Recinto Fiscalizado Estratégico en México.
En una FTZ, por ejemplo, se pueden realizar procesos de manufactura ligera en el que ingresen dos o tres componentes o productos, que se ensamblen y que agreguen valor.
Cuando ese producto entra al mercado americano, en vez de pagar impuestos o aranceles por tres componentes y pagar tres aranceles, pagaría el que corresponda según el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que puede ser cero o el menor de los aranceles de los componentes individuales.
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Esta “manufactura ligera” es una gran ventaja porque en un momento dado se fusionan los distintos aranceles en uno, que puede ser cero o puede ser el menor de todos. Esto es una gran ventaja también, dijo Schaffler.
“A través de las fronteras de Laredo se realiza el 38% del intercambio comercial entre México y Estados Unidos. El objetivo a corto plazo es consolidar la operación y acrecentar el número de usuarios beneficiarios de la FTZ”, agregó Federico Schaffler.
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