Las empresas familiares representan un pilar fundamental en la economía, pero también enfrentan retos únicos derivados de la convivencia entre lo empresarial y lo familiar; y en este sentido; Ricardo Aparicio, director del Centro de Investigación para Familias de Empresarios (CIFEM BBVA), destaca que esta organizaciones enfrentan diversos desafíos y requieren de estrategias para gestionar con éxito la relación entre familia y negocio.

Durante su participación en el podcast Ruta TyT, el especialista destacó que estas empresas enfrenta una dicotomía en su naturaleza, ya puede generar conflictos cuando se mezclan los roles y se aplican criterios familiares en la empresa o viceversa.

«En la familia, lo primordial es el cariño, el apoyo mutuo y la felicidad de sus miembros, mientras que en la empresa se priorizan la rentabilidad, la eficiencia y la toma de decisiones racionales», explica.

Aquí puedes escuchar todo el episodio de nuestro podcast Ruta TyT con Ricardo Aparicio:

Por ello, indicó que resulta fundamental conciliar esta dualidad en los negocios familiares, en el que los criterios familiares no se antepongan a los empresariales; y que en las relaciones entre los integrantes de la familia no se entremezclen con la interacción en los negocios.

Por ejemplo, señala, si un padre decide que su hija gane más porque tiene más hijos y mayores gastos, se introduce un criterio familiar en una decisión empresarial, «lo que puede generar una sensación de injusticia en otros miembros del negocio».

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Así, una de las recomendaciones clave es establecer fronteras claras entre familia y empresa. «Cuando llevamos temas familiares a la junta de negocios o convertimos la comida del domingo en una reunión de consejo, estamos mezclando espacios y generando tensiones», señaló. Para evitar esto, sugiere diferenciar los espacios de decisión mediante la creación de tres instancias bien definidas:

  • Gobierno familiar: Espacio donde se establecen reglas claras sobre la relación de la familia con la empresa.
  • Gobierno corporativo: Enfocado en decisiones estratégicas del negocio.
  • Operación empresarial: Dedicado a la gestión diaria de la empresa.

Por otro lado, Aparicio también señala la transición generacional como uno de los mayores desafíos en las empresas familiares, ya que la continuidad del negocio no está garantizada con la simple herencia de la propiedad.

«Heredar la fortuna no implica heredar la forma de hacer fortuna», apunta.

La transición generacional en las empresas familiares es un tema complejo y requiere de planeación, diálogo y claridad en la toma de decisiones, precisa el experto del IPADE; esto con la finalidad de evitar conflictos que pongan en riesgo la continuidad del negocio.

Subraya que muchas veces los empresarios subestiman el tiempo necesario para una sucesión ordenada, creyendo que en uno o dos años el traspaso puede concretarse sin complicaciones. Sin embargo, este proceso implica diversas fases, como evaluar si los hijos desean seguir con el negocio o si es preferible recurrir a un directivo externo.

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“Toda sucesión sucederá”, afirma Aparicio, explicando que, aunque algunos empresarios postergan la discusión con frases como “Hablaremos de mi sucesión cuando me muera”; razón por la que es común que los cambios generacionales ocurren de manera abrupta cuando el fundador fallece o presenta alguna incapacidad.

En estos casos, la falta de planeación puede derivar en una lucha de poder y confusión dentro de la organización.

Por ello, recomienda que la sucesión se prepare con tiempo; y si bien señala que no hay una regla escrita sobre el tiempo de antelación, apunta que entre más temprano se empiece a pensar en ella y darle forma, en el futuro tendrá mejores posibilidades de éxito.

Otro factor determinante en la sostenibilidad de las empresas familiares es el liderazgo. «En una primera generación, el liderazgo es natural, pero conforme la empresa crece y pasa a nuevas generaciones, definir quién tomará las riendas se vuelve un desafío», advirtió Aparicio. Además, señaló la importancia del «Chief Emotional Officer», un rol enfocado en mantener la armonía y el equilibrio dentro de la familia empresaria.

Aparicio enfatizó que la clave del éxito radica en la comunicación constante, la profesionalización de la gestión y la claridad en las reglas.

«Las empresas familiares no fracasan por una gran crisis, sino por la acumulación de pequeños problemas no resueltos. Poner orden y anticiparse a los conflictos es la mejor estrategia para garantizar su continuidad».

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Desafíos según la generación

Finalmente, el director del CIFEM BBVA compartió consejos de acuerdo a la generación que se pertenezca dentro de la empresa familiar:

Primera generación: La decisión más difícil es cuándo ceder el control. Es clave establecer fechas y procesos para garantizar una transición ordenada.

Segunda generación: Determinar si desean ser socios y definir roles con claridad. La comunicación es esencial para evitar disputas.

Tercera generación y posteriores: Profesionalizar la empresa y gestionar adecuadamente la propiedad. La evolución natural de los negocios familiares lleva a que los miembros asuman funciones de propiedad y gobierno, pero ya no de dirección u operación.

El experto enfatizó que la clave para una transición exitosa radica en la planificación anticipada, el diálogo abierto y la disposición para adaptarse a las nuevas dinámicas familiares y empresariales. “Hay que platicar estos temas y ponerlos sobre la mesa, aunque no siempre sea cómodo”.

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