Un accidente entre un autobús y un vehículo de carga con doble remolque, en la Aguascalientes- Zacatecas volvió a poner en la mira del legislativo la circulación de esta configuración en carreteras mexicanas; de hecho, ya fueron presentadas tres iniciativas para prohibir a los fulles.
En este contexto, el Termómetro TyT de esta semana indagó entre los transportistas cuáles son los aspectos que se deberían considerar en el análisis para tomar una decisión sobre su circulación.
El 45.1% de los participantes consideró que se debe tomar en cuenta a la seguridad vial. Al ser iniciativas inspiradas justo en un accidente en carreteras, vale la pena analizar a detalle los datos duros sobre la circulación de este tipo de unidades.
De acuerdo con datos del Instituto Mexicano del Transporte (IMT), en 2021, los vehículos con doble remolque estuvieron involucrados en 1,213 incidentes en carreteras federales, 5.1% del total de los hechos registrados en ese año, colocándose como el quinto tipo de vehículo con mayor presencia, incluso por debajo de otras configuraciones de unidades pesadas de carga.
De esos 1,213 accidentes, los doble remolque fue responsable de 67 por ciento, en el resto sólo estuvo involucrado. Es decir, los fulles provocaron 812 accidentes en carreteras federales en 2021 (último año en el que el IMT presentó segmentadas las cifras de vehículos pesados).
En esos 812 incidentes, revelan los datos del IMT, se registraron 161 lesionados y 75 fallecidos en el lugar. Esto refiere que los accidentes en carreteras provocados por fulles provocaron, en promedio, al menos una muerte en el lugar.
Cabe recordar que la más reciente versión de la NOM-012-SCT señala que los fulles deben contar con mayor tecnología para garantizar la seguridad de su circulación: GPS, gobernador de velocidad, espejos auxiliares en la parte delantera, freno auxiliar de motor o retardador o freno libre de fricción, sistema de ajuste automático de frenos.
De hecho, es la configuración más regulada y su operación requiere de una Autorización Expresa y una licencia especial (Tipo E), que exige más capacitación para su obtención por parte de los conductores.
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Por otro lado, el Termómetro TyT encontró que 21.3% de los participantes considera que, para el análisis de su circulación, es preciso medir el impacto logístico que representaría su prohibición.
Y es que se estima que esta configuración mueve entre el 20 y 35% de toda la carga nacional, por lo que retirarlos de las carreteras implicaría más utilizar más vehículos.
Esto implicaría, a su vez, contar con más operadores, un reto particularmente complejo considerando el déficit de 56,000 conductores profesionales en el país.
El Termómetro TyT también encontró que 17.1% considera que se debe tomar en cuenta que la prohibición de los doble remolque representaría un incremento de costos, no sólo para las empresas transportistas sino un efecto dominó que al final terminará incidiendo en el consumidor final.
Finalmente, un 16.5% de los participantes en este ejercicio –realizado a través de @revistatyt de la plataforma X– señaló que se debe asegurar cumplimiento normativo pues, como se mencionó, es una configuración con alta exigencia en materia de seguridad; sin embargo, las propuestas presentadas en el legislativo señalan que frecuentemente exceden las dimensiones y los pesos regulados por la norma.
Es importante precisar que, durante 2023, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) reportó 205,082 verificaciones de pesos y dimensiones en todo el país, la segunda cifra más alta desde 2015, cuando la dependencia inició el registro de esta actividad.
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