La incertidumbre relacionada con los aranceles en el mercado automotriz estadounidense persistirá durante 2026-2027, advirtió el proveedor global de perspectivas y análisis de la industria tecnológica TrendForce.

En un análisis sobre el impacto que tendrá la aplicación de aranceles para las marcas de automóviles en Estados Unidos, TrendForce explicó que, dada la complejidad de las normas, los fabricantes necesitarán tiempo para evaluar el impacto en cada modelo y desarrollar las estrategias correspondientes.

Además, muchos proveedores de vehículos y piezas ya se han apresurado a enviar inventario a Estados Unidos en los últimos meses, con el objetivo de reducir la exposición a los aranceles y retrasar cualquier aumento inmediato de precios.

TrendForce recordó que el pasado 2 de abril, Estados Unidos implementó oficialmente aranceles recíprocos, aunque no se extendieron a la industria automotriz en general. Estados Unidos aplicó un recargo del 25 % a las importaciones de automóviles y camionetas ligeras, según lo previsto. Un arancel similar del 25% para autopartes entrará en vigor el 3 de mayo.

Los vehículos y componentes que cumplan con el T-MEC solo pagarán impuestos sobre la parte no clasificada como «contenido estadounidense» por el 25%. En general, ya sea para vehículos o para autopartes, la presencia de contenido estadounidense es el núcleo de esta disputa arancelaria.

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Solamente Tesla fabrica en EU el100% de lo que vende ahí

TrendForce señala que los fabricantes de automóviles con una importante exposición a los ingresos en el mercado estadounidense serán los más afectados por esta política. Si bien el impacto exacto varía según el fabricante y debe evaluarse desde múltiples perspectivas, se puede obtener una estimación inicial basándose en las tasas de ensamblaje local.

El análisis señala que, de todas las marcas que venden en Estados Unidos, solamente Tesla fabrica el 100% de sus vehículos en el país. Ford le sigue con aproximadamente el 76% de sus vehículos ensamblados en Estados Unidos. Mientras que Honda y Stellantis rondan el 60% cada una, y Subaru, GM y Toyota promedian alrededor del 55% cada una.

En el extremo inferior, Hyundai-Kia, Volkswagen, Mazda y Volvo Cars tienen cuotas de producción nacional inferiores al 40%, lo que las hace más vulnerables a las presiones arancelarias.

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Ford y Honda los más beneficiados

El T-MEC impone un contenido de valor regional (CVR) específico a las autopartes, lo que influye en la ubicación de las líneas de ensamblaje final de los fabricantes. Los vehículos ensamblados en Estados Unidos, México o Canadá son los que tienen más probabilidades de cumplir con el T-MEC. Dado que los vehículos que cumplan los requisitos solo pagarán impuestos sobre el contenido no estadounidense, el origen de los vehículos importados a Estados Unidos se convierte en un indicador clave del probable impacto arancelario.

TrendForce señala que tanto Ford como Honda se benefician de las altas tasas de ensamblaje en Estados Unidos e importan principalmente de México y Canadá. Su enfoque a corto plazo será aumentar aún más la producción en Estados Unidos y maximizar el contenido de origen estadounidense.

Subaru, GM y Toyota importan cada uno alrededor del 45% de sus vehículos para el mercado estadounidense, pero el origen varía considerablemente. GM importa principalmente de México, Toyota importa aproximadamente lo mismo de México y Canadá juntos que de Japón, mientras que Subaru importa exclusivamente de Japón, lo que la expone especialmente a los aranceles.

Hyundai-Kia produce menos en EU

Hyundai-Kia, Mazda y Volvo Cars son fabricantes de automóviles con bajas tasas de ensamblaje en Estados Unidos, que dependen principalmente de fábricas en Corea del Sur, Japón y Suecia, respectivamente, con una producción mínima en México o Canadá, lo que agrava su exposición a los aranceles.

En particular, Hyundai-Kia exporta hasta el 57% de sus vehículos para el mercado estadounidense desde Corea del Sur, lo que ha impulsado a la compañía a incrementar la inversión en sus operaciones en Estados Unidos. Acelerar la transición a la producción nacional es clave para mitigar el impacto de los aranceles.

A corto plazo, se espera que los fabricantes de automóviles aumenten la producción de sus fábricas en Estados Unidos, especialmente de los modelos que ya se fabrican en el país y en el extranjero, a la vez que trabajan para aumentar el contenido estadounidense en sus vehículos.

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