Dentro del autotransporte, el hombre camión recibirá el mayor impacto negativo que el coronavirus COVID-19 tendrá sobre la economía mexicana; la caída en el consumo en los hogares y el cierre temporal de sus clientes podría, incluso, obligarlo a parar.
Hace unos días, México vivió compras de pánico. La llegada de la pandemia al país y el llamado del Gobierno federal a no salir de casa, incrementaron la demanda de alimentos, productos de limpieza, papel higiénico, medicamentos y gel antibacterial, por mencionar algunos productos.
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Sin embargo, conforme pasen los días y baje el pánico se reducirá el consumo de la población, y ello implicará una menor venta de mercancías desde los anaqueles de supermercados, mercados y las tiendas de abarrotes ubicadas en las colonias.
A esto se suma el cierre obligado de restaurantes, bares, salones de baile y otros sitios de esparcimiento que demandan servicios del transporte de mercancías. Cuando estas Pequeñas y Medianas Empresas (PyMEs) bajan la cortina, frenan a los distribuidores de última milla.
“Los transportistas que tienen vehículos pequeños —cargamento de 3.5- 5 toneladas— se han visto mermados porque sus principales clientes no están vendiendo”, expuso en entrevista para TyT Max Daniel Revuelta, especialista de la Facultad de Ingeniería de la Universidad La Salle.
Similar panorama vive el hombre camión que se dedica al transporte de largo itinerario. El paro de las industrias no esenciales para la economía del país cortó de tajo la demanda de los servicios de algunos transportistas.
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A futuro se pronostica que la actividad industrial continúe su caída, al igual que las exportaciones, como producto de la crisis económica generada por las medidas de contención del coronavirus y cuyo impacto se estima de hasta una caída de 10% del Producto Interno Bruto (PIB) de México.
Al respecto, Daniel Revuelta comenta: “Un transportista mediano para tres camiones y trabaja con siete, el hombre camión, no. Tiene un camión y si para ya no come”.
La situación exige al hombre camión a cambiar su forma de trabajo, a transitar hacia la eficiencia en la operación y en la administración de sus finanzas, así como al trabajo en equipo, estrategia no menos importante que la profesionalización.
El especialista de la Universidad La Salle, quien realiza un trabajo doctoral sobre el hombre camión, compartió una serie de propuestas que, bien aplicadas, llevarán al propietario de hasta cinco vehículos de carga a mantenerse en la ruta para mover a México.
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¿Cómo se debe modificar el modelo organizacional del hombre camión?
- Migrar hacia un modelo que les permita distribuir la riqueza generada por una flota de transporte entre varios transportistas.
Girar hacia un acuerdo o una especie de cooperativa que los lleve a aliviar sus finanzas y poner sus mejores camiones a trabajar.
Este punto sugiere la unión del hombre camión para formar una flota, como lo hacen los grandes. Si son 30 transportistas y la demanda es poca, es viable meter 15 camiones a trabajar, las 24 horas del día. Y dividir todo ese beneficio entre 30.
- Mantenimiento y mejora de los equipos de la unidad. En este punto, Revuelta expone que los operadores estarán ante un problema, si es poco el trabajo y sus unidades están en malas condiciones.
- Establecer negociaciones que convengan a sus clientes y a ellos.
Refiere que el hombre camión llega a trabajar para una sola empresa durante 30 o 40 años. Es decir, su negocio depende de una sola fuente de ingresos. Por ello, sugiere revisar las condiciones y renegociarlas a las necesidades actuales de ambas partes.
El especialista de Universidad La Salle llamó al hombre camión a migrar del beneficio personal o familiar que proporciona un tractocamión en servicio, hacia el beneficio grupal. Ello, con reglas y condiciones claras, en equipo, como lo hacen las grandes empresas.
El 97.5% de los permisionarios del transporte de carga están en el rango de micro y pequeño transportista, y es precisamente esta población la más vulnerable al impacto de la crisis económica que trajo consigo el Coronavirus COVID-19.