Aunque Mario Isaac Sánchez Sarmiento tiene apenas seis años manejando tractocamión de manera formal, su vida se remonta al volante, pues desde niño supo que quería ser operador, como su papá. 

Tiene 31 años de edad y actualmente trabajo para Autotransportes Tamez, en Monterrey, Nuevo León, y aunque es oriundo de Veracruz, hace seis años, sus familiares en La Sultana del Norte le dijeron que se fuera para allá, pues le podían ayudar a conseguir trabajo, ya en un quinta rueda. 

Mario “El Flaco” Sánchez empezó a manejar desde los 14 años, cuando bien pudo alcanzar los pedales y hacer los cambios en todo tipo de vehículos: camionetas, torton, rabón y vanes. 

Lo que más le gustaba de la vida era esa mecánica y coordinación entre los ojos, las manos y los pies para echar a andar un vehículo de carga, y si bien le gustaba la velocidad, siempre prefirió imaginar que en este trabajo estaba haciendo algo por mucha gente más, como llevándoles bienes, servicios o todo tipo de insumos. 

Más de 10 años se la pasó trabajando así, pero de manera informal, ya que no tenía ni licencia, sin embargo, sí tuvo oportunidad de enrolarse en viajes de días, entre ciudades y estados, pero siempre bajo la misma visión de disfrutar esto que hace. 

A decir de Mario, lo que más le gusta de este trabajo es poder conocer todo tipo de ciudades, personas, costumbres, culturas y, por supuesto, comidas. 

“El trabajo nos exige ir de un lado a otro, pero yo procuro darme aunque sea un rato para conocer los rincones de cada lugar; encontrarme con espacios o paisajes que ni siquiera sabía que existían, eso sin duda es lo que más me gusta de mi trabajo: vivir con ojos de turista”, explicó.

En el sentido opuesto, considera que lo más difícil de ser operador son las desveladas, pues hay que llegar a tiempo, y esto a veces implica dormir poco o no dormir; comer poco o no comer, y en muchos casos, el cansancio se vuelve demasiado pesado. 

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Pero siempre vale la pena, aclara, pues en su caso, es padre de tres y sabe que con este trabajo les puede dar una mejor calidad de vida, que el sacrificio, las desveladas y las malpasadas traerán sus recompensas cuando ve a sus hijos bien, contentos y avanzando cada uno en su camino.

Aunque aún son pequeños, cuando tengan oportunidad de qué hacer con sus vidas, para “El Flaco” será normal apoyarlos, pues en su caso así fue, ya que ser operador es algo que se trae en las venas, como él, sus hermanos y su papá. Todos son operadores. 

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