La pandemia de COVID-19 generó grandes cambios en los hábitos de consumo de las personas y dinamitó las ventas digitales, ocasionando que las marcas y sus proveedores ajustaran y evolucionaran a un ritmo acelerado, y al mismo tiempo sobreexigiendo a la cadena de suministro.
Los confinamientos y cierres de tiendas minoristas amplificaron la competencia para captar y retener la atención de los compradores que exigían más comodidad e innovación, entregas más rápidas y sin errores; y una experiencia de compra cada vez más diferenciada.
Hoy, con la crisis sanitaria superada y la gente regresando a sus trabajos y centros de consumo, algunos hábitos y comportamientos se han conservado; y otros han mostrado cambios, lo que obligará a la cadena de suministro a volver a adaptarse para seguir siendo competitiva.
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Éste es el caso de los productos de tecnología de consumo, y por ello, a través de su blog corporativo, la firma logística Maersk destaca cinco tendencias de estos bienes que están impactando o impactarán a las cadenas de suministro y los reajustes que éstas llevan a cabo para fortalecerse.
1.- Ciclos de vida cada vez más largos
Mientras que la Agencia Europea de Medio Ambiente informa que la vida útil real del producto es, al menos, 2.3 años más corta que los ciclos de vida deseados y diseñados, hay señales que indican que esos ciclos se están alargando.
Si bien los entusiastas de la tecnología continuarán actualizando con al último dispositivo tan pronto como se lance, ya no es como antes. Los consumidores a menudo sienten que los nuevos lanzamientos no dan en el blanco cuando se trata de actualizaciones significativas, lo que hace que sea más probable aferrarse a sus dispositivos durante más tiempo.
Incluso las propias empresas de tecnología están centrándose en mejorar la duración de la batería, hacer sus productos más duraderos, reciclables y sostenibles; además de una mayor satisfacción del cliente y un mejor impacto en el medio ambiente, la vida útil más prolongada de los productos puede ayudar a las empresas a reducir los costos de gestión de residuos y abrir nuevas fuentes de ingresos al ofrecer reacondicionamiento y reparaciones.
«La introducción de modelos de reparación y reventa requerirá que las empresas reconsideren sus cadenas de suministro, ya sea que se trate de obtener piezas de repuesto, optimizar su logística inversa y el flujo de entrada de productos usados, o la redistribución de productos reparados en el mercado», apuntó la empresa.
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2.- Más pequeño, más rápido, más ligero
Las grandes pantallas de teléfonos inteligentes han alcanzado un límite, mientras que las pantallas de televisión parecen ser más grandes cada día, debido a la delgada línea entre los beneficios y la impracticabilidad de transportar dicha pantalla.
De igual manera, los dispositivos portátiles (o wearables) también se están volviendo más pequeños, mientras que al mismo tiempo incluyen funcionalidades más precisas y amplias, de acuerdo con un estudio de Deloitte.
«Los dispositivos cada vez más pequeños y livianos naturalmente significarán que ocuparán menos espacio de carga y permitirán a las empresas optimizar la utilización de sus contenedores. Esto también tendrá un impacto en las soluciones de almacenamiento y, en conjunto, puede ser una oportunidad para optimizar aún más las cadenas de suministro y mejorar la eficiencia», destacó René van Maasakkers, Director Global de Clientes Clave en Maersk.
3.- Internet de las Cosas
Los dispositivos cada vez más conectados son una tendencia que se espera que crezca al ritmo de Internet de las Cosas (IoT); y un informe de Statista apunta que, en 2022, el número total de conexiones IoT en Europa fue de 2,260 millones, un número que se espera que crezca hasta casi 5,000 millones en 2027.
El IoT juega un papel crucial en la habilitación de la tecnología de hogar inteligente, otro mercado que se espera experimente un crecimiento sustancial con una penetración del 40,9 % en los hogares para 2027, en comparación con el 17.8% en 2022 .
Según un informe del Foro Económico Mundial, este crecimiento no se limitará a una categoría de producto específica, ya que los hogares invierten no solo en pequeños dispositivos inteligentes como bocinas y detectores de humo, sino también en electrodomésticos grandes como refrigeradores, robots de cocina o aparatos de limpieza.
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Con la mayor interconectividad de los dispositivos, las empresas de tecnología de consumo se enfrentan a un desafío que tendrá un impacto adicional en los ciclos de vida de los productos: el sobrecalentamiento de los dispositivos electrónicos. A medida que aumentan su rendimiento y funcionalidad, los dispositivos comienzan a generar más calor, lo que los hace más lentos y es más probable que dejen de funcionar por completo, lo que requiere que los consumidores los reparen o reemplacen antes de lo previsto.
«Para hacer frente a estos desafíos, las empresas de tecnología de consumo se centran cada vez más en las innovaciones que les permitirán encontrar un equilibrio entre la vida útil deseada del producto y los desarrollos que resultan en IoT que están acortando esta vida útil», indicó Van Maasakkers.
4.- Un cambio en el abastecimiento
Durante la pandemia, la escasez mundial de chips creó desafíos en la cadena de suministro que ahora están comenzando a normalizarse, aunque podría persistir cierta presión hasta 2023 y hasta 2024.
En Europa, el 65% de las empresas informaron que los retrasos en los componentes o productos terminados causaron ralentizaciones en su cadena de suministro, y el 51% espera que las interrupciones en la logística global continúen hasta 2024.
Como resultad de estas tendencias, las empresas europeas buscan cada vez más acercar el abastecimiento y la fabricación a los mercados nacionales. Van Maaskkers señala que, «al trasladar la producción más cerca de casa, y especialmente a múltiples ubicaciones, las empresas pueden limitar sus riesgos, acortar la cadena de suministro y aumentar la flexibilidad».
Agrega que producir bienes en diferentes ubicaciones para servir a los mercados locales, en lugar de confiar en una instalación centralizada también puede reducir los costos de transporte y mejorar el tiempo de comercialización.
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5.- La sostenibilidad entra en el chat
Los consumidores de todas las categorías buscan opciones más sostenibles y la tecnología de consumo no es diferente. Entre 2010 y 2019, la cantidad de residuos electrónicos ha aumentado casi un 60%, y es en camino de alcanzar los 75 millones de toneladas métricas anuales para 2030.
De acuerdo con Statista, solo en la Unión Europea ingresaron al mercado 11.2 millones de toneladas métricas de equipos eléctricos, con 3.6 millones de toneladas recicladas y preparadas para su reutilización en el mismo año.
Adicionalmente, según el Weee Forum, los productos electrónicos que no se reciclan o desechan desaparecerán en los cajones o armarios de sus consumidores. Si bien un hogar europeo promedio posee 74 productos electrónicos, 13 de ellos están rotos o no funcionan correctamente, pero permanecen en la casa.
Sin embargo, estas tendencias parecen cambiar a medida que los consumidores analizan el reciclaje, ya que las menciones sobre éste y la tecnología de consumo aumentaron un 31% en 2022 en comparación con el año anterior, señala un informe de Brandwatch.
Esto significa que las empresas deberán establecer una logística inversa adecuada, en caso de que deseen reciclar y reparar sus productos. También deberán enfocarse en educar a los consumidores sobre la circularidad y diseñar productos que puedan repararse, ya sea que eso signifique un diseño modular o el suministro de repuestos.
“El principal desafío para las empresas de tecnología de consumo será hacer que estas cinco tendencias funcionen juntas. Mientras que la innovación y la sostenibilidad aumentan la vida útil de los productos, la IoT y la interconectividad las reducen. Por un lado, es probable que veamos cambios en el diseño y los materiales y, como resultado, más cambios en el abastecimiento y la distribución”, concluye van Maasakkers.
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