El pasado fin de semana, las lluvias provocadas por la tormenta tropical Hanna causaron severas afectaciones, principalmente, a Nuevo León y Tamaulipas, toda vez que no solo se trató de inundaciones sino también hubo desgajamiento de cerros y socavones en algunas vialidades.
Las redes sociales también se inundaron de imágenes, videos y todo tipo de reportes hechos por usuarios que fueron testigos de la fuerza de la naturaleza. Un sinfín de contenidos consignando el desastre natural. Por supuesto las afectaciones para el autotransporte no son menores.
Es por eso que platicamos con David Aceves, director general de Autocarga Pelusqui –compañía con una fuerte operación en Tamaulipas–, a fin de conocer las principales afectaciones para la operación de su empresa y de qué manera se pueden solventar escenarios como las fuertes lluvias por Hanna.
“La principal afectación fue por el tiempo”
No es novedad decir que los fenómenos naturales que provocan deslaves, a su vez, son causa de cierres viales. Sobre todo en carreteras o autopistas por las que viajan los tractocamiones, de tal manera que un cierre, por muy parcial que sea, se convierte en un retraso considerable para la entrega o recepción de un flete.
“Generalmente éste es el principal problema, pues nos retrasa las entregas. En el caso del fin de semana, de la carretera Monterrey-Nuevo Laredo, la complicación fue mayor, pues fuero muchas horas las que estuvo cerrada. Invariablemente entregamos tarde los fletes”, señaló el directivo.
Sin embargo, aclaró, el protocolo habitual ante estos escenarios es estar en contacto con los clientes, primero, para notificar la situación y, segundo, para coordinar los tiempos de llegada una vez que se liberen los caminos.
En la mayoría de los casos, aseguró Aceves, los clientes son conscientes de que no hay un responsable del retraso, de tal manera que no generan multas al transportista, aunque, evidentemente esto a ellos también les genera retrasos en sus procesos productivos y en la cadena logística.
Por otro lado, el director general de Pelusqui agregó que también hay afectaciones importantes para los vehículos y sus sistemas eléctricos, pues las malas condiciones de los caminos, por los derrumbes y deslaves, suelen ponchar las llantas de las unidades, además de dañar la suspensión.
Y en los sistemas eléctricos, esto es debido a que hay incidentes, como éste, que inundan tanto las vialidades que los operadores ya no tienen forma de salir o atravesar un tramo que, invariablemente, mojará buena parte de la unidad.
Y otra parte del protocolo establece buscar vías alternas, pero como en este caso, todas estuvieron congestionadas, inundadas y complicadas.