Los efectos del fenómeno de El Niño en los niveles del mar, en especial en el Centro y Norte de América, amenaza con crear distorsiones en el transporte marítimo, las cuales se reflejarán en nuevas alzas de los fletes y cuellos de botella.
El Canal de Panamá anunció desde abril que reducirá de 50 a 47.5 pies la profundidad de sus canales, lo que provocará una reducción en el calado para los barcos de carga. Al disminuir la profundidad de agua necesaria para que un buque flote libremente implica la utilización de embarcaciones con menor capacidad.
“Al haber variaciones en los niveles del mar, podría pasar que algunos puertos que reciben barcos con gran calado ya no pudieran recibirlos, por lo que tendrían que reconfigurar las rutas para poder ajustar los calados”, dijo en entrevista para TyT, Bertha Martínez-Cisneros, profesora-investigadora de CETYS Universidad.
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Las cadenas de suministro mundial aún no se recuperan del Covid-19 aunque el consumo continúa y se acerca el fenómeno El Niño que no solo afectará lo marítimo, sino también lo terrestre.
Indicó que, aunque las navieras y las empresas de logística ya prevén estos ajustes, la disminución de carga podría generar cuellos de botella.
“Este efecto dominó podría afectar aún más los costos por los tiempos de traslado y la necesidad de más viajes”, comentó Miguel Ángel Yáñez Monroy, académico de la Facultad de Ingeniería de la UNAM.
Afectaciones en carga terrestre por El Niño
Cerca de 40% del volumen de carga de Estados Unidos pasa por el Canal de Panamá, equivalente a 2.67 billones de dólares anuales.
“Los cuellos de botella por disminución de carga en los puertos de EU en la costa oeste podrían hacer que incrementen los costos, que se suma a la crisis por falta de personal de transporte carretero”, añadió Martínez-Cisneros.
Los efectos de El Niño en los próximos meses, especialmente en temporadas altas como regreso a clases y Navidad, podrían dificultar aún más el traslado de mercancías.
Refirió que preocupan las lluvias, tormentas tropicales y huracanes que podrían intensificarse este año producto de El Niño.
“Si hay inviernos más crudos afectará al transporte carretero, en el hemisferio norte pega más fuerte, como en EU, por lo que, si ellos se ven afectados, México también en exportación e importación”, adelantó.
La temporada invernal más cruda podría incrementar la demanda de transporte terrestre y, por ende, una congestión en las carreteras, almacenes y centros de distribución.
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Lo que a su vez traería sobredemanda de autotransporte, conductores y almacenamiento, que dispararía los precios.
“La afectación a carga en tierra impactará primero a los consumidores finales, alza en los fletes marítimos, restricciones en la capacidad de carga de las embarcaciones, sobre todo en temporadas de alta”, aseguró Yáñez Monroy.
No todo es malo para el transporte de carga
No obstante no todo el panorama es negativo, ya que estas complicaciones ayudarían a flexibilizar el transporte de carga marítima y terrestre.
Asimismo, las empresas buscarían nuevas rutas, caminos o nuevos corredores, donde México podría aparecer con el Istmo para conectar oeste y este.
“Para el transporte terrestre será un reto, pero se deben buscar soluciones, para los ferrocarriles sería una oportunidad y la marítima debe ser más flexible”, concluyó Martínez-Cisneros.
Los expertos sugieren a las empresas de transporte y logística que prevean posibles retrasos en sus procesos ante la confirmación de la Organización Metereológica Mundial (OMM) sobre la aparición de El Niño este 2023 luego de siete años.
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