Cuando leas este artículo, es probable que ya tengamos una presidenta electa. En las últimas semanas, la industria automotriz y del transporte ha estado muy activa en la promoción de sus propuestas al gobierno, y este intercambio de ideas se acelerará hasta el 1 de octubre, cuando comience la siguiente administración federal.
Las cámaras y asociaciones han mostrado un gran dinamismo, buscando una mayor vinculación para impulsar el crecimiento de su sector. También veremos si las voces que han estado hablando sobre descarbonización, electromovilidad y medio ambiente seguirán trabajando en estos objetivos desde el gobierno.
Independientemente de los debates posteriores a las elecciones sobre el margen de victoria, los equipos de transición se están preparando para asumir el control del país y de las entidades federativas. Las reuniones entre estos equipos y los servidores públicos en funciones se acelerarán, al igual que los acercamientos de la iniciativa privada para influir en la política pública.
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Todos buscarán que sus propuestas sean incluidas en los programas de los primeros 100 días de gobierno, el Plan Nacional de Desarrollo y los programas sectoriales. Esperemos que, esta vez, estos instrumentos de planificación realmente fomenten una política pública estructurada y colaborativa, que permita reducir las emisiones en los sectores del transporte y la industria automotriz, al tiempo que se mantenga un crecimiento económico que impulse la generación de empleo en México.
El gobierno debe promover una estrategia de descarbonización
El momento en la industria también es crucial. A nivel mundial, estamos en plena transición de una tecnología basada en hidrocarburos, con más de 100 años de uso. Sabemos que la transición hacia una economía cero carbono ya ha comenzado, y los intereses en promover tecnologías en específico tienen un objetivo válido comercial, pero el gobierno deberá mantener una sana competencia por el bienestar ambiental.
En México, al igual que a nivel mundial, todos los actores, especialmente el gobierno, buscan alcanzar el mismo objetivo de lograr cero carbono, aunque los enfoques difieren. Algunos se centran en la tecnología, mientras que otros en el desempeño.
Promover una estrategia de descarbonización sería un enfoque de desempeño, promover una estrategia de electromovilidad sería un enfoque de tecnología.
México debería adoptar una estrategia basada en el desempeño y no en una única tecnología.
La electromovilidad es una opción válida, pero en esta transición compleja, también son viables otras tecnologías como el gas natural, los híbridos, los híbridos enchufables y el hidrógeno, con diferentes combinaciones según cada caso para lograr una reducción real de emisiones en las próximas décadas hasta alcanzar el cero carbono.
Impulsar una estrategia centrada únicamente en la electromovilidad es fácil de proponer, pero difícil de implementar y de justificar, especialmente cuando gran parte de la electricidad no proviene de fuentes renovables.
Adoptar una estrategia basada en el desempeño permitiría una mayor competencia en un entorno de cambio constante, donde los avances tecnológicos podrían lograr una reducción de emisiones más eficiente al tener en cuenta la tecnología original y la tecnología de reemplazo. La infraestructura energética también sería una variable importante en esta estrategia integral de descarbonización para cualquier gobierno.
Es fundamental reconocer que la estrategia de descarbonización no debe limitarse al sector del transporte y la industria automotriz, sino que debe abarcar también al sector agrario, energético e industrial en general. No se alcanzarán los objetivos de descarbonización a nivel internacional si solo se promueve en un solo sector.
Debe ser un esfuerzo conjunto en varios sectores, especialmente en el energético, donde el cambio en la fuente de energía para el transporte aumentará la demanda de electricidad, gas natural e hidrógeno.
El futuro gobierno ya cuenta con diferentes puntos de vista de confederaciones, cámaras, asociaciones y sociedad civil. Esperemos que prevalezca el objetivo real de disminuir las emisiones y que sea integral, incluyente, medible, alcanzable y que verdaderamente promueva en esta transición, en todos los sentidos, el desempeño de la reducción de emisiones y no una sola tecnología.
Miguel Elizalde
Experto en Movilidad Sostenible
Redes @MELIZALDEL
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