La guerra en Medio Oriente, donde se produce un tercio del petróleo a nivel global, se convirtió en la mayor amenaza contra la inflación; sus efectos directos ya se ven reflejados en los precios del crudo, elementos que pone bajo presión los costos del diésel y gasolinas, así como otros insumos relevantes para el movimiento de carga y pasaje.
El pasado 7 de octubre, el Movimiento de Resistencia Islámica, conocido como Hamás, lanzó un ataque contra Israel iniciando una guerra que sigue cobrando decenas de vidas, mientras que en el plano económico se incrementa la incertidumbre sobre su alcance y las repercusiones en la economía de las familias, las empresas y las naciones en general.
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La guerra entre Hamás e Israel es una fuerte amenaza en contra de la rentabilidad del autotransporte de carga, pues el conflicto involucra a importantes productores de petróleo a nivel global. Este elemento eleva el nerviosismo en el mercado y ello se refleja en mayores precios internacionales del crudo.
En las últimas dos semanas, luego de iniciado el conflicto armado, el West Texas Intermediate (WTI), utilizado de referencia en Estados Unidos, incrementó 7.0% su precio. De hecho, el viernes 20 alcanzó un máximo de 90.78 pesos por dólar.
El principal riesgo que observamos para la economía a nivel mundial es para el precio de los combustibles y esto podría presionar al alza los precios en general y obviamente afectaría al autotransporte por el alza en el precio del petróleo y sus derivados”.
Humberto Calzada, Economista en Jefe de Rankia Latinoamérica.
El autotransporte de carga, el consumo del diésel, principalmente, y lubricantes representan 43.5% de los gastos de las empresas.
Este es un elemento clave que indica por qué la guerra en Medio Oriente es la principal amenaza para su rentabilidad, incluso representa un mayor riesgo que un descenso en la demanda proveniente de un debilitamiento de la economía estadounidense.
Expectativas en un ambiente de guerra en Medio Oriente
Gabriela Siller, directora de Análisis Económico- Financiero de Banco BASE, expuso en entrevista que, mientras el conflicto siga acotado en Israel y Hamás, el precio del petróleo, como máximo, puede alcanzar los 95 dólares por barril.
Sin embargo, si llega a involucrarse Arabia Saudita, el mayor productor y exportador de crudo en el mundo, los precios internacionales superarían los 100 dólares el barril, advirtió.
La especialista detalla que, con un precio del petróleo de 95 dólares el barril y un incremento similar en el precio de los combustibles, podría repuntar la inflación en México y Estados Unidos.
Consultado por separado, el Economista en Jefe de Rankia Latinoamérica añade que de persistir el conflicto, el WTI podría superar los 94 dólares por barril y de ahí encaminarse hacia los 100 dólares, niveles que encienden los focos rojos para los precios generales en las economías y las empresas.
Guerra en Medio Oriente y el precio del dinero
De continuar los riesgos al alza para la inflación, por efecto de la guerra en Medio Oriente, existe la posibilidad de que la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en inglés) incremente su tasa 25 puntos base.
Este elemento llevaría al Banco de México (Banxico) a mantener por más tiempo su actual nivel de tasa objetivo, en 11.25%; lo que tiene el mismo efecto sobre el precio de los créditos para las empresas y el consumo de las familias.
Calzada Díaz precisa que, hasta el momento, los estimados para la política monetaria de Banxico indican que iniciará los recortes a la tasa interbancaria de interés en la segunda mitad de 2024. Aunque en un ambiente de guerra en Medio Oriente, todo puede pasar.
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