Este 2023 se han presentado en el mundo algunos vehículos comerciales Clase 8 que revolucionarán al transporte de carga por su contribución cero emisiones contaminantes, a través del uso de celdas de hidrógeno verde como principal fuente de energía.
Desde hace un par de años, armadoras como Daimler Truck, Kenworth, Hyundai e Isuzu, por mencionar algunas, trabajan en la implementación tecnológica para que los tractocamiones eléctricos puedan transportar hasta 25 toneladas, ya no solo en la última milla, ahora también en largos recorridos.
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Pero, ¿cómo se encuentra México en el desarrollo de hidrógeno verde? Especialistas del sector energético señalan que este recurso natural abunda en el planeta; sin embargo, se encuentra aún en una etapa de desarrollo y, aunque ha avanzado, todavía presenta importantes retos en el país.
“Se considera al hidrógeno verde como una solución disruptiva en el transporte pesado de mercancías de larga distancia, y creemos que puede ser una solución en el proceso de descarbonización, además de que es más eficiente que las baterías de litio”, comenta Israel Hurtado, Presidente de la Asociación Mexicana de Hidrógeno y Movilidad Sostenible (AMH).
El hidrógeno, explica, es el recurso natural que funciona como fuente de combustible para varias industrias luego de pasar por un proceso de refinación; en tanto, el hidrógeno verde se produce con energía renovable que se obtiene de la biomasa o del agua.
De acuerdo con el especialista, a nivel mundial ya existen motores que funcionan con celdas de combustible de hidrógeno verde, donde colaboran empresas como Hyundai y Toyota. Mientras que en México, se evalúan escenarios de prueba para autobuses que utilicen esta tecnología, señala Hurtado.
Proyectos con hidrógeno verde
El presidente de la AMH expresa que parte de los trabajos que realizan en la Asociación es la promoción del uso del hidrógeno verde entre actores del sector, y reveló que el organismo colabora con grandes empresas que manejan vehículos pesados, como Traxión.
“Hemos platicado con algunas autoridades de la Ciudad de México y de Nuevo León, por ejemplo, y les hemos expuesto un proyecto piloto de un vehículo de pasajeros a base de hidrógeno verde. Este tipo de autobuses ya se utiliza en ciudades como Barcelona, París o Madrid”, destaca Israel Hurtado.
Una cadena de retribución
Aunque en México comienza a verse la fabricación de unidades con celdas de hidrógeno verde, es necesario pensar en toda la cadena de suministro de este energético.
Al respecto, el Presidente de la AMH expone que en el organismo participan otro tipo de empresas que operan desde la proveeduría, que va desde el procesamiento del hidrógeno hasta su materialización en las celdas de combustible.
“Tenemos por ejemplo a Cummins, ellos fabrican electrolizadores que se requieren en el proceso, pero asimismo, hay empresas que producen el hidrógeno y también se están integrando en esta cadena de valor en la recarga del combustible. Entonces, seguramente se sumarán involucrados en la construcción de hidrogeneras”, comparte.
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Algunos de ellos, detalla, pueden ser los proveedores de hidrocarburos que ya operan en México y que tendrán que ajustarse a esta transición.
“Vamos a ver bombas de gasolina conviviendo todavía con electrolineras, con gas natural, y luego con hidrógeno verde, pero, eventualmente, los combustibles fósiles saldrán”, sostiene.
Israel Hurtado, Presidente de la Asociación Mexicana de Hidrógeno y Movilidad Sostenible.
Largo recorrido del hidrógeno verde
Aunque el uso del hidrógeno verde en el autotransporte ya se materializa en vehículos pesados, en México queda un “largo recorrido” para su desarrollo.
Amado Villarreal, Director General del Clúster Energético de Nuevo León, explica que desde ese organismo se trabaja con empresas y autoridades estatales y federales, así como con organizaciones, en el desarrollo de condiciones que promuevan este tipo de energía; sin embargo, todavía hay retos que asumir.
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El primero, dijo, consiste en un tema económico, ya que la instalación del hidrógeno verde aún representa altos costos, además de que falta infraestructura y normas para su regulación.
En ese sentido, el directivo señala que el primer eslabón a considerar es la generación de energía limpia a través de los recursos renovables, por lo que se requiere infraestructura “suave” y “dura”.
“Le llamamos infraestructura dura a todo aquello que implica inversión en plantas de generación que permitan la separación de la molécula mediante electrolizadores, y la infraestructura suave se refiere a todo lo que involucra la investigación de desarrollo tecnológico”, explica.
mado Villarreal, Director General del Clúster Energético de Nuevo León.
Israel Hurtado agrega que, por ser una energía de transición, los procesos aún son caros, un fenómeno recurrente en todos los países, pero que en México resalta por las propias limitaciones tecnológicas.
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“Vamos atrasados en la promoción, investigación y adopción de tecnologías limpias, y el principal reto que tenemos como país es poner atención en las infraestructuras suaves y duras. Se requiere que el Gobierno facilite sinergias con la iniciativa privada, sobre todo en inversión”, considera el Director General del Clúster Energético.
- Se estima que la demanda de hidrógeno verde en México para todas las industrias inicie en 2025 e incremente en 2050.
- Para 2030 se calcula una demanda de 230,000 toneladas de hidrógeno verde y para 2050 de
- dos millones 700,000 toneladas.
- El costo total para uso interregional en México para 2030, es de 5.3 dólares por kilogramo de hidrógeno verde y de 2.4 dólares por kilogramo para 2050.
- Los costos totales para el uso de hidrógeno verde, solo en el sector transporte, se estiman en 1.5 dólares por kilogramo en 2030 y de 0.3 dólares por kilogramo en 2050.
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