Estados Unidos no puede producir un solo vehículo de combustión interna sin importar alguna autoparte de México, país que, además, es su principal proveedor automotor a nivel global. Ante este escenario, el regreso de Donald Trump a la Oficina Oval, con la mirada puesta en los déficits comerciales de su economía, aviva los cuestionamientos sobre el futuro de este sector en la región.
De enero a noviembre del año pasado, las exportaciones de la industria automotriz estadounidense significaron 162,179 millones de dólares, siendo México su segundo destino más importante, con 40,812 millones, tan sólo por debajo de Canadá. En el caso de sus importaciones, totalizaron 434,288 millones, de las cuales, casi el 40% se adquirió en nuestro país.
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México, Estados Unidos y Canadá acaban de vivir un momento álgido, el fin de semana, que los tienen en una tregua de 30 días sin aranceles. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, propuso mesas de trabajo para atender el tráfico de drogas y la migración. Como acción inmediata, 10,000 elementos de la Guardia Nacional vigilarán la frontera norte.
De fondo, Donald Trump se mantiene firme en su objetivo de investigar prácticas comerciales que tienen a su país con déficits y pretende crear una agencia externa para recabar aranceles. Además, prometió ante sus votantes fortalecer y expandir la industria automotriz estadounidense, tal como lo externó en su primer mandato.
El poder… de negociar con Donald Trump
En este contexto, Alberto Bustamante, Director de la Agencia Nacional de Proveedores del Sector Automotriz (ANAPSA), sostiene que cualquier presidente de un país puede tomar decisiones unilaterales, sin consultar a sus congresos, basándose en la seguridad nacional. Sin embargo, la industria automotriz instalada en México es un gran jugador mundial y la integración regional es tal, que habrá efectos negativos para ambas naciones.
¿Trump puede poner aranceles? Sí, y ¿qué es lo que pasaría? Que 45% del total de las importaciones que realiza Estados Unidos de autopartes de todo el mundo es de México. En EU no se puede fabricar un solo vehículo de combustión interna sin autopartes hechas en México, hasta a Tesla le vendemos desde hace 10 años.
Si le pone un arancel a las autopartes va a tronar su industria nacional, si le pone arancel a los vehículos, pues 80% de lo que fabricamos va para EU, provocaría una crisis. Donald Trump lo sabe, pero también sabe que en México este sector es el segundo pilar más importante de la economía”, afirma.
Moneda de cambio
El especialista coincide en que el Presidente de Estados Unidos está utilizando los aranceles como “moneda de cambio” para que México frene la migración, el envío de fentanilo y combata a los cárteles. Ante la situación, el especialista confía en que la administración de Claudia Sheinbaum tendrá una reacción rápida en busca de un equilibrio y en pro de la integración regional.
Gerardo Gómez, Director General de J.D. Power de México, refiere que es complicado conocer con precisión los planes reales de Trump; sin embargo, confía en que habrá negociaciones bilaterales que lograrán un punto medio, como sucedió ya en la renegociación del T-MEC.
Pase lo que pase, México y la demanda de la industria es tan grande que se tiene que ir adaptando, porque existe la necesidad de movilidad para todo el país y la región, que se tiene que seguir cubriendo. Además, en anteriores negociaciones se ha logrado un punto medio que beneficia a ambas partes”, externa.
El representante de la empresa de consultoría especializada, coincide en que la dinámica comercial de México y Estados Unidos no se podrá frenar, y ello dependerá, en buena parte, de la capacidad de negociación de los representantes de ambos países y de su entendimiento de la industria automotriz en la región.
Los especialistas inciden en que Sheinbaum está rodeada de gente capaz, donde Marcelo Ebrard, titular de la Secretaría de Economía (SE), tiene un papel importante en la relación con la iniciativa privada. Esto quedará demostrado en la revisión del T-MEC en 2026, cuyos preparativos se iniciarán en breve.
El Gobierno federal por fin se dio cuenta de que las inversiones posicionan a México a nivel internacional, generan empleos y una economía circular. Se dio un giro en ese sentido y me alegra, porque hay una buena relación con la iniciativa privada y hay certeza”, afirma Alberto Bustamante.
Expectativas positivas para la industria automotriz
Las piezas están por moverse, y México debe elegir a sus mejores elementos, donde el sector privado ha expresado su disposición para hacer equipo a favor del fortalecimiento de la industria automotriz en la región, incluido Canadá. Quienes han estado en contacto con la contraparte estadounidense, aseguran que el empresariado comparte esa visión.
Sin duda, la postura de Trump es inquietante, pero aún se mantienen las expectativas positivas de los expertos, respecto a la producción y exportación de la industria automotriz.
El año pasado, la industria de vehículos ligeros instalada en México, rompió récords con la producción de tres millones 989,403 unidades, 5.6% más que en 2023, y la exportación de tres millones 479,086 unidades, un alza anual de 5.4 por ciento.
En tanto, la Industria Nacional de Autopartes (INA) pronosticó un cierre con un valor de 124,484 millones de dólares, superior en 3.5% al resultado de 2023. Son estas piezas las que más valor generan en el intercambio comercial con Estados Unidos.
Sin descartar nuevos récord
El Director de la ANAPSA prevé que este año, la producción superará los cuatro millones de vehículos, apoyada por la exportación y por el mercado interno, el cual estima rebase el millón 300,000 unidades reportadas al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), y el millón y medio al incluir las marcas nuevas que no informan de sus ventas.
En línea, J.D. Power México considera que se mantendrán los niveles máximos de producción, exportación y ventas en el mercado interno. Este escenario indica que el sector automotriz se mantendrá como un potente motor para la generación de carga en el país. Por ello, los equipos negociadores alistan el camino hacia la revisión del T-MEC el próximo año.
Las asociaciones que integran a la industria han externado su respaldo al Gobierno de México para negociar con Estados Unidos siempre con la visión de fortalecer la integración regional. Claro, la imposición de aranceles entre ambas economías restaría competitividad a Norteamérica, frente a otros participantes destacados de Asia y Europa.
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