La elevada inflación, el alza de tasas de interés y los cuellos de botella que afectan a la manufactura debilitarán ritmo al crecimiento de la economía de México, expuso en Banco Mundial. 

En este contexto marcado por la persistente pandemia, el Banco Mundial recortó de 2.1% a 1.7% su expectativa para el producto Interno Bruto (PIB) de México para este año. 

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En su reporte de Perspectivas Económicas Mundiales pronosticó que la economía de México se debilite a 1.7%, dese el crecimiento de 4.8% visto el año pasado, antes de repuntar levemente a 1.9% en 2023. 

Argumentó que, dada la inflación general –por arriba a la meta del Banco de México (Banxico)–, se espera que el banco central continúe elevando las tasas de interés durante todo 2022, aspecto que “lastra la inversión”. 

A la inflación se suman los problemas que enfrenta la industria en la cadena de proveeduría, reto que reduce la capacidad de producción de México, añadió el Banco Mundial. 

El crecimiento más débil de la producción también es una consecuencia de los cuellos de botella en la oferta, que han perturbado el sector manufacturero globalmente integrado de México y se espera que disminuyan solo gradualmente”. 

El Banco Mundial refirió que hay incertidumbre regulatoria en el país, además de que los precios más altos de la energía importada limite los beneficios en la cuenta corriente de los mayores precios de las exportaciones agrícolas 

Los altos precios de la energía ejercerán presión sobre el gasto, dados los grandes subsidios a la energía. El control de la inflación sigue siendo esquivo, lo que seguirá lastrando la actividad”. 

Para Estados Unidos, el principal mercado de México, el Banco Mundial estimó un crecimiento del PIB de 2.5% para este año y de 2.4% para 2023. 

En enero pasado sus pronósticos se ubicaron en 3.7% y  2.2%, respectivamente. 

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En tanto, para la economía global, el estimado fue de 2.9% para este año y de 3.0% para 2023. 

En general, la guerra entre Rusia y Ucrania y sus efectos en los mercados de productos básicos, es un factor que pesa sobre la recuperación de la economía de las naciones. 

Un riesgo clave para las perspectivas es la posibilidad de una elevada inflación global acompañada de un crecimiento débil, que recuerda la estanflación de los años setenta, añadió el Banco Mundial. 

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