Según datos de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), durante 2023 en nuestro país se vendieron apenas 23 vehículos pesados eléctricos y 560 híbridos, en ambos casos con crecimientos anuales a triple dígito. A pesar de estos pequeños avances, la electrificación de las flotas aún tiene un camino por recorrer, y justo para abordar esos desafíos nació, en octubre de 2023, la Asociación Mexicana de Impulso al Vehículo Eléctrico (AMIVE).

Francisco Cabeza, Presidente de este organismo, reconoce que las empresas, especialmente aquéllas que tienen compromisos ESG, están transitando hacia la movilidad eléctrica y han realizado pruebas con esta tecnología, demostrando que los principales temas a atender son: la infraestructura, contar con normas y estándares, y educar al sector. 

Respecto al primero de ellos, explica, es necesario crear una estrategia hacia 2050 para proyectar el crecimiento del parque vehicular eléctrico, y en qué estados y zonas estará, para trabajar con la empresa de energía a fin de determinar la capacidad que se necesita, toda vez que es un proceso que tarda de 10 a 30 años.

“Aun cuando lo hemos hecho muy bien y ha habido muy buenos pilotos, desde vehículos Clase 2 a 8, necesitamos como industria organizarnos. Sabemos dónde operan los centros de distribución y dónde están las flotas; tenemos que decir: así va a ser nuestra demanda energética en el país”, comparte en entrevista para TyT

Este tema se relaciona con los tipos de conectores que se requieren, pues entre las opciones que existen en el mercado mexicano se encuentran los formatos americanos, europeos y orientales, provocando que los usuarios no puedan recargar si no son compatibles, incluso si usan adaptadores.  

“¿Cuál va a ser ese reto?, que, si de por sí tenemos poca capacidad eléctrica y todavía la estamos dividiendo en formatos de recarga, vamos a tener el peor escenario para el país, y México puede quedar rezagado en la infraestructura”.

A título personal, Francisco Cabeza expresa su deseo de que México tenga un estándar de recarga, pues eso garantizaría que se logren colocar más vehículos eléctricos en el país con la capacidad eléctrica que hoy se tiene.

Para conseguirlo, agrega, es necesario vincular todos los monólogos que están surgiendo en torno a la electromovilidad y convertirlos en diálogo.

Este paso se logra a través de la educación y la comunicación entre los actores relacionados: “Los tomadores de decisiones están aprendiendo de los vendedores, y no es la manera correcta de educar a la gente en una nueva tecnología”.

El experto expone la necesidad de coordinar estos frentes precisamente para generar las normas y estándares, así como las políticas públicas que favorezcan la adopción de vehículos eléctricos.

Leer: AMIVE abre diálogo hacia la electromovilidad con Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum

La labor de la AMIVE

Francisco Cabeza comenta que las empresas ya probaron esta tecnología, conocen sus bondades, pero también “qué les duele”. ¿Qué sigue? Para el experto, entre 2024 y 2030 serán seis años intensivos para que las empresas logren sus objetivos de reducción de emisiones, donde el transporte será clave. 

Agrega que éste será un año muy activo para los proyectos de electromovilidad, pues los Gobiernos también están poniendo en operación vehículos eléctricos en el transporte público. Mientras tanto, en el segmento de carga, las empresas que hacen servicios cross border con California tienen que acelerar la adopción de este tipo de tecnologías si es que quieren cumplir con las disposiciones de ese estado. 

Inspirados en todo este contexto, la AMIVE surgió con un comité estratégico conformado por expertos en datos, temas legales, normas, política pública enfocada en energías y nuevas tecnologías, por mencionar algunos. También, colaborará con armadoras, proveedores de cargadores, aseguradoras, cámaras y asociaciones, así como con una abierta invitación a continuar sumando actores del ecosistema.

Esta organización comienza el año con reuniones para plantear metas específicas, medibles y alcanzables para la agrupación y sus socios en 2024, así como estableciendo una agenda para trabajar en objetivos 2030, 2040 y 2050.

Francisco Cabeza asimismo considera que 2024, año en el que se vivirá un importante periodo electoral, es la oportunidad de poner en la agenda pública muchos mensajes que logre transmitir la AMIVE y concretar una estrategia de movilidad eléctrica en el país. 

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