Si bien las vulcanizadoras y llamadas talacheras son muy comunes a lo largo del camino, éstas suelen ofrecer servicios de emergencia, principalmente, en casos de pinchaduras o desperfectos en alguna llanta, y en algunos casos se suele optar por el uso de llantas usadas para salir del apuro.

Y es que a simple vista, las llantas usadas, también denominadas “gallitos” pueden parecer en buen estado y hasta traen suficiente dibujo, lo cierto es que se corre un riesgo mayor en caso de intercambiarlas por las que trae el vehículo. 

Es por eso que en las Esenciales TyT de hoy, retomamos cuatro riesgos advertidos por Bridgestone, ya que a pesar de parecer una solución económica, las llantas usadas pueden ocultar daños internos, desgaste irregular o reparaciones mal realizadas, lo que compromete seriamente la seguridad en carretera. 

Y nunca estará de más decir que resulta fundamental priorizar la calidad y confiabilidad de tus neumáticos para garantizar un manejo seguro y prevenir accidentes. Así que aquí están las cuatro razones para no hacerlo. 

Las llantas usadas pueden ser consideradas un desecho para el planeta debido a su desgaste y a su estructura debilitada, lo que provoca un mal desempeño en el agarre y la maniobrabilidad en cualquier condición. 

Este tipo de llantas pueden deformarse o reventar rápidamente en cualquier bache o banquetazo. Y en condiciones de lluvia pueden sufrir derrapes o los llamados hidroplaneos, lo que puede ocasionar accidentes muy graves.

Otra de las grandes desventajas de comprar llantas usadas, es que no cuentan con ningún tipo de garantía que sustenten la certeza, el uso y la calidad de la llanta, y de esta manera el consumidor no tiene ningún respaldo para quejarse si salió defectuosa.

Pero uno de los mayores problemas es, sin duda, el regrabado, que consiste en trazar de nuevo el dibujo o los canales del neumático para aparentar que tiene poco recorrido y es “nueva”, esto se hace para “alargar la vida útil de la llanta”. 

Esto es especialmente grave, ya que no todas las llantas pueden ser regrabadas, sólo aquellas que cuenten con la certificación y las características necesarias para hacerlo.

Asimismo, las llantas usadas no solo representan un riesgo para la seguridad vial, sino también un grave problema ecológico. Al desecharse de manera irresponsable en carreteras, lotes baldíos, ríos o mares, estas llantas contribuyen a la contaminación, por lo que afectan gravemente los ecosistemas y la salud del planeta. 

Bridgestone promueve soluciones más sostenibles, como el correcto reciclaje y la renovación de llantas, para minimizar el impacto ambiental y cuidar nuestro entorno para las futuras generaciones.

“En Bridgestone, estamos profundamente comprometidos con la seguridad y la calidad. Comprar llantas usadas puede poner en riesgo ambos aspectos, ya que el historial de desgaste y daños no siempre es visible a simple vista. 

“Con nuestros productos, garantizamos no solo la máxima calidad y fiabilidad, sino también la tranquilidad de saber que estás protegido en cada kilómetro recorrido”, señaló Carlos Mondragón, gerente Sr de Market Insight and Application Engineering para Bridgestone Latinoamérica Norte. 

La calidad y garantía que sustentan a las llantas Bridgestone resaltan el compromiso Efficiency, uno de los ocho valores del Bridgestone E8 Commitment con el que la marca ratifica que está comprometida con maximizar la productividad a través del avance de la movilidad. 

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Estos ocho valores –que comienzan con la letra «E», en inglés, Energy, Ecology, Efficiency, Extension, Economy, Emotion, Ease, Empowerment–, sirven de guía a la empresa en su camino con los empleados, la sociedad, los socios y los clientes para construir una sociedad sostenible.

Te invitamos a escuchar el episodio más reciente de nuestro podcast Ruta TyT: