La inseguridad en la cadena de proveeduría del comercio inicia desde las extorsiones a los transportistas y prevalece con el robo a la última milla, factor que incide en los precios finales al consumidor, advirtió la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC).
Cuauhtémoc Rivera, presidente de la ANPEC, informó que 37.76% de quienes conforman la Alianza expusieron que sus proveedores han sido víctima de algún delito al hacer el reparto urbano o de última milla.
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Última milla afectada por partida doble
En la presentación de la 19 encuesta “Inseguridad como factor inflacionario”, Rivera detalló que la última milla que abastece a las tiendas es víctima por partida doble, pues los delincuentes les roban mercancía y el dinero en efectivo que cobran de la proveeduría.
Los proveedores están sudando la ‘gota gorda’ eludiendo todo tipo de riesgo (…) el entorno del país, tanto para el que vende, el consumidor y el proveedor, es aquello que se da en el piso de la sociedad, ahí las cosas están calientes, están difíciles y se batalla para el manejo de mercancía y de dinero”.
El líder de la Alianza que agrupa a los tenderos refirió que hay distintos puntos rojos en el país, con problemas de inseguridad en el reparto de última milla en Sinaloa, Zacatecas, Colima, Baja California Sur o todo el Bajío.
Eso está pasando en distintos sitios del país, en el Bajío está Celaya. Los focos rojos de la inseguridad que tienen que ver en los cárteles, se reproducen en la actividad comercial, porque se permea en el ambiente de esas comunidades, invade la cotidianidad, la calidad de vida de las personas. Todo mundo se tiene que andar cuidando las espaldas”.
Esta inseguridad lleva a las empresas de transporte a adquirir herramientas para reducir riesgos por robo, una seguridad en la logística que tiene un costo, el cual es traspasado al consumidor final.
Aumentan extorsiones al transporte agrícola, advierte la ANPEC
Las extorsiones de las que es objeto el transporte de aguacate se está generalizando en distintas rutas de abasto agrícola en el país, fue otra de las advertencias lanzadas por la ANPEC durante la presentación de su encuesta sobre inseguridad.
Hemos hablado de la inseguridad en la última milla, pero, si vemos el abasto, la problemática empieza desde la extorsión en carreteras, que se cobra de manera más regular al transporte de carga, a quienes van a abastecer o surtir las distintas centrales de abasto de las metrópolis del país”.
Detalló que a los transportistas se les cobra una cuota para garantizar que las mercancías lleguen a salvo a las centrales de abasto: “‘no le vamos a hacer nada a tu chofer, a tu mercancía, pero páganos tu peaje, tu derecho de tránsito seguro por carretera, porque si no lo pagas, te vamos a hacer daño”, así es como opera el crimen, externó.
“Toda afectación a la cadena de suministro, de abasto, y a la operación comercial final de la mercancía para que pueda llegar a manos del consumidor tiene un costo inflacionario”, recordó Cuauhtémoc Rivera.
Añadió que se tiene un estimado de que 1,500 municipios, casi dos terceras partes del país, padecen de extorsiones, práctica cada vez más notoria.
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