Ante la emergencia climática, empresas a nivel global se enfrentan al reto apremiante de reducir sus emisiones contaminantes. En México, el autotransporte de carga ya ejecuta prácticas sustentables; sin embargo, falta medir esos resultados y aprovecharlos para diversificar su financiamiento en un momento histórico de oportunidades creadas por el nearshoring.
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Miguel Ángel Dávalos, Gerente de Emisoras en la Bolsa Institucional de Valores (BIVA), prevé que la demanda derivada de la relocalización de la manufactura llevará al transporte de mercancías, de forma natural, a ser más sofisticado, a crear gobiernos corporativos, a sumar estándares de sustentabilidad y responsabilidad social que le abrirán las puertas del mercado de valores: a la diversificación de su financiamiento.
Estamos en un momento histórico mexicano para el sector del autotransporte, donde va a tener que ponerse las pilas, avanzar, unir fuerzas para llegar a los mercados de valores; estar dispuestos y en la mejor posición para poder recibir flujos de capitales a través del mercado de valores.
También deberán estar abiertos a conversaciones internas de incorporación de nuevos socios que quieran entrar a este sector. Probablemente habrá más competencia; por eso, hay que considerar que quienes llegan a los mercados de valores se vuelven más resilientes ante ámbitos demasiado competitivos y regulados”.
Miguel Ángel Dávalos, Gerente de Emisoras en BIVA.
Acciones= financiamiento
Desde hace más de una década, las flotas de autotransporte de carga han adoptado el uso de tecnología como la telemática, la conducción técnico-económica y la optimización de rutas, por mencionar algunos mecanismos que les permiten reducir el consumo de diésel, y esto significa también menores emisiones de contaminantes. Sin embargo, deben ir más allá para hacer de la sustentabilidad una herramienta de acceso al financiamiento.
La renovación de flota es un elemento que, por sí solo, tiene un impacto favorable en el ambiente. En México, entre julio de 2019 y noviembre 2023, fueron comercializados al mayoreo 160,823 vehículos pesados con tecnologías Euro V / EPA 07 y superiores.
Esto significa que hay transportistas que tienen circulando por las carreteras del país vehículos con una mejor aerodinámica, y herramientas que derivan en menores emisiones contaminantes, mayor rendimiento de lubricantes y durabilidad de neumáticos.
Además de la eficiencia para la operación de las compañías, ser sustentable se puede medir y llevar los resultados al mercado de valores para obtener financiamiento y avanzar en los objetivos de crecimiento o diversificación de cartera del autotransporte de carga en la región del T-MEC.
Cuantificar en el mercado
El especialista de BIVA explica que, con las acciones de sustentabilidad, empresas del autotransporte de carga pueden ir al mercado de valores a emitir bonos de carbono o etiquetados, también llamados bonos verdes. Una forma de financiarse para cumplir con sus planes de crecimiento o renovación de flota.
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“El bono de carbono es aquel que vas a emitir por una compensación de huella de carbono”, detalla. Es decir, las compañías de autotransporte de carga realizan acciones específicas para secuestrar carbono, lo cuantifican y lo venden en el mercado de valores a aquellas industrias que difícilmente reducirán sus niveles de contaminación.
En el caso de los bonos verdes, se trata de un certificado bursátil que funciona como cualquier instrumento de deuda de corto o largo plazo en los mercados públicos, y el objetivo de su emisión será obtener recursos para proyectos que beneficien al medio ambiente, como la eficiencia energética.
Trabajo interno integral
Dávalos precisa que, en cualquiera de los dos caminos que la empresa transportista desee tomar, detrás debe existir un esfuerzo para cuantificar e identificar todos los elementos de impacto ambiental, proceso en el que también son evaluadas las acciones directas a favor de la sociedad, así como el gobierno corporativo, a través de estudios de materialidad y marcos de referencia.
No se trata de recurrir a las finanzas verdes porque es la tendencia del mercado. La esencia de las finanzas climáticas es ser conscientes de lo que impacta la operación de tu negocio de manera interna y externa con la sociedad, con el medio ambiente y con tus accionistas, tus inversionistas y tus proveedores.
Habla de ser conscientes de esto y empezar a cuantificar cosas que no cuantificamos. No quiere decir que sea algo del otro mundo, simplemente hay que contar con una visión más amplia. A lo mejor teníamos una visión de 90 grados, pero hay que llevarla a 180 grados y considerar otros elementos”.
Miguel Ángel Dávalos, Gerente de Emisoras en BIVA.
Gran angular para el financiamiento
Registrar y calcular el impacto en el ambiente de las acciones de sustentabilidad de las empresas transportistas, no es una tarea que implique crecer la plantilla o efectuar grandes inversiones; de hecho, se puede hacer de forma interna.
Todos los transportistas miden el kilometraje, la durabilidad de cada llanta y el ahorro de combustible; no hay que hacer nada más, simplemente hay que empezar a utilizar esos datos y empezar a identificar el impacto en el medio ambiente”.
Miguel Ángel Dávalos, Gerente de Emisoras en BIVA.
Cuando se reconoce esta información, llega el momento de abrirse puertas en Bolsa. Para ello, las emisoras deben buscar los servicios de una Institución Calificadora de Valores, como lo marca la Ley del Mercado de Valores. Aquí es donde llega una etapa de fortalecimiento, que incluye distintos ámbitos dentro de la compañía.
La agencia calificadora, además de evaluar un porcentaje de estos esfuerzos de cuidado al medio ambiente, revisará más criterios ESG, que involucran factores sociales y de gobierno corporativo. “¿Qué esfuerzos estás haciendo para contribuir a tu crecimiento y hacia dónde va tu planeación estratégica?”, plantea Miguel Ángel Dávalos.
De hecho, esta evaluación abarca aspectos laborales que se ejecutan dentro del autotransporte, como planes de carrera, prestaciones y beneficios para sus colaboradores.
La calificadora también revisará la parte financiera, los flujos de efectivo y de balance de la compañía. Una visión integral que deriva en empresas de autotransporte de carga más profesionales y resilientes.
“Todo va de la mano, por eso es relevante tener un cambio de óptica donde hay una integralidad. Entonces, hay que medir todos esos componentes, lo que no quiere decir que estemos bien o mal, simplemente hay que medirlos”, sostiene como un paso saludable de toda empresa, sin importar su tamaño.
El autotransporte de carga, capaz de ingresar al mercado de valores
El Gerente de Emisoras en BIVA, señala que en el mercado de valores pueden participar las empresas que lo decidan, sin que su tamaño sea determinante. Sin embargo, al menos se necesita una calificadora de riesgo crediticio y una casa de bolsa, que al final van a cobrar honorarios.
Por ello, los transportistas deberán realizar un balance interno del costo-beneficio de llegar a los mercados, lo cual –en la mayoría de los casos– vale la pena, con opciones de financiamiento a corto, mediano y largo plazo y montos mínimos de un millón de pesos o, incluso, bonos a largo plazo de 100 o más millones de pesos, detalla.
El experto expone que el autotransporte de carga en México tiene la capacidad para obtener financiamiento en el mercado de valores, y debería ser una opción para diversificar su acceso al crédito en mejores condiciones de las que, incluso, le puede ofrecer una financiera de marca.
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