Cuando Leopoldo Barbosa se casó, su suegro le dio a trabajar un taxi. Eran otros tiempos y ese giro funcionaba con la renta de las placas, la cuenta del día y la ganancia del conductor. Así se ganaba la vida mucho antes si quiera de imaginar que fundaría Turísticos Marco Polo y que sería el legado de su familia.
Años después de conocer bien la operación del taxi, se hizo de su propio auto y sus placas y se puso a trabajar su primera unidad propia. Por aquellos años, sus hijos todabía eran pequeños y le alcanzaba para vivir bien.
Como pasa en muchos casos, el oficio del volante le abrió otras posibilidades, ya que nunca le faltaron clientes que le pedían rutas específicas, horarios concretos y hasta destinos remotos, hasta que un buen día alguien lo animó a probar suerte con un autobús de transporte público.
Ya tenía un guardadito y se hizo de un bus; había buen trabajo y muy rápido pudo comprar otros dos, de tal manera que ya empezaba no sólo a manejar, sino administrar y gestionar la parte comercial de su entonces pequeño emprendimiento.
Al ver que cada vez más personas y escuelas le pedían servicios particulares, decidió incursionar en el transporte turístico. Vendió sus unidades urbanas y se compró un autobús para este nicho. Ahí fue cuando lo decidió y nombró a su empresa Turísticos Marco Polo, ya que así se llama su hiijo mayor.
Hacia 2006, con una operación ya muy controlada en la parte de buses turísticos decidió comprar vanes para ofrecer el mismo servicio, pero a grupos más pequeños. En aquel entonces, esta modalidad tuvo un auge muy importante y don Leopoldo no dudó en participar en dicho segmento.
Ahí fue cuando Turísticos Marco Polo vio un crecimiento importante, ya que la microsegmentación de este nicho ha sido la clave, al grado de que después empezaron a ofrecer servicios en minivanes y vehículos ligeros.
De hecho, de acuerdo con su hija, Lilia Barbosa, en la actualidad están apostando al servicio ejecutivo, con vehículos para dos o tres pasajeros, pero con todas las comodidades y seguridad que ofrecen en todas sus modalidades.
Justamente cuando ella se casó, hace cerca de 10 años, su esposo se incorporó a la empresa y ayudó a la profesionalización de distintos procesos, sobre todo administrativos.
Mientras Lilia había ya hehco lo propio en la parte de imagen, marketing y comunicación, ahora su esposo hizo una buena mancuerna con don Leopoldo para transitar hacia la modernización de la empresa.
Actuamente, Lilia tiene mayor responsabilidad en el área comercial, mientras su esposo y su padre se hacen cargo de la administración y la toma de decisiones.
El gran reto para Turísticos Marco Polo fue la pandemia, ya que la operación se redujo drásticamente. Al igual que muchas otras empresas, tuvieron que prescindir de algunos colaboradores, vender algunos vehículos y sortear los contados viajes que salían, sobre todo en el transporte de personal.
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Como se dice, les tocó apechugar, pero con la recuperación del turismo y de la economía en general, la empresa está más fuerte y con proyecciones importantes para seguir recorriendo todas las carreteras para llegar a cualquier destino.