El papel de Recurso Confiable en el autotransporte ha cobrado mayor relevancia en la última década, toda vez que las empresas confían en sus procesos y saben que su función filtra de una forma detallada a los candidatos a operador interesados en sumarse a las filas de sus decenas de clientes.
Por un lado, información básica y elemental de los aspirantes y, por otro, la certidumbre de su pasado laboral, hacen una mancuerna que genera confianza sobre el historial profesional de los conductores. Sin embargo, Érika Sánchez es contundente cuando abre el abanico de posibilidades… y no todo se centra en los operadores.
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Antes de sumarse a Recurso Confiable, ella trabajaba para una empresa transportista, en el área de Recursos Humanos, específicamente en selección y reclutamiento. Psicóloga de profesión, desde aquellos tiempos sintió empatía por los conductores y al mismo tiempo, siempre ha estado interesada en generar más y mejores procesos para hacer su trabajo.
De esta manera, cuando la invitaron a participar en Recurso Confiable aceptó y, desde entonces, ha buscado la forma de aportar mejoras no solo a la compañía, sino al sector en general. Es por eso que habla con conocimiento de causa, no solo en términos psicológicos, sino como parte de su experiencia de vida.
Para empezar, explica, hay que entender un asunto de semántica: el área de Recursos Humanos de cualquier compañía puede asumir que su función, en gran medida, es potencializar justo eso, a las personas, ésas que hacen posible la operación. En el caso de Recurso Confiable, su papel es mediar entre los operadores y sus futuros empleadores. Y así lo entienden.
“Desde todas las trincheras, debemos entender que antes de ser conductores o tener un número económico o un camión, son personas. Y nuestro trabajo como facilitadores es ayudar a las empresas a potencializar sus habilidades, sus facultades, su conocimiento y su experiencia, a fin de que puedan adquirir y retener talento al volante, que tanta falta hace”, señala en entrevista para TyT.
También afirma que, si bien el proceso de reclutamiento de las empresas pareciera funcionar y mucho de lo malo que sucede es responsabilidad exclusiva de los conductores, Érika Sánchez se detiene un segundo y sugiere ir un paso hacia atrás. ¿Quién los contrata? ¿Cómo? ¿Bajo qué parámetros?
Más allá de las licencias, el historial, la experiencia y las habilidades —que son fundamentales para llenar un expediente—, la especialista recomienda que también hay que poner la lupa en los mismos renglones, pero al personal responsable de reclutar.
“¿Qué tan sensibles son?, ¿qué tan empáticos?, ¿cuánto saben sobre el trabajo de los operadores?, ¿qué tan capacitados están para detectar el talento, entender sus circunstancias y poder decidir si un solicitante es apto o no?”, se pregunta la entrevistada.
En este sentido, agrega que hay factores que se presentarán en el futuro y que en muchas ocasiones no fueron detectados de origen. Faltas de ética, robos, incumplimiento o carencia de interés son algunas características achacadas históricamente a los conductores. Sin embargo, un buen reclutador podría prever estas situaciones, y no solo eso, también evitarlas, ya que hay una clave para generar la fidelidad de los operadores hacia una empresa.
“Existen muchos casos en que el talento se desperdicia por un mal reclutador. O, incluso, a nivel administrativo éstos son despedidos por personal que no está capacitado para tomar una decisión así. Y eso nos lleva a un tema tendencia en el autotransporte, en el que cada vez más empresas están invirtiendo: la profesionalización”, agrega.
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A lo largo de su carrera, a Érika le ha tocado conocer a reclutadores que no tienen metodología ni experiencia, y mucho menos la sensibilidad para definir si el aspirante es idóneo para un puesto o no. Y el trabajo de ella, en este renglón, es enlazarnos unos con otros para acordar y crear sinergias en pro de la empresa.
Aunque por otro lado, aclara, son las propias líneas transportistas las que no invierten en reforzar estos procedimientos, que son fundamentales para su propósito: contratar a buenos operadores, con buena disposición y buena actitud, además de establecer vínculos a largo plazo con ellos.