Ante la dependencia de combustibles fósiles que tiene el país y la llegada de nuevos jugadores comerciales, atraídos por el nearshoring, es necesario que autoridades e iniciativa privada trabajen en conjunto para desarrollar la infraestructura energética.

“En la dinámica económica y social del siglo XXI, la energía juega un papel fundamental, en virtud de que se trata de un recurso vital para la actividad productiva en la industria, el campo y los servicios para la movilidad de mercancías y personas”, señaló Luis Méndez Jaled, Presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC).

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Dijo que los combustibles fósiles dominan la producción de energía primaria en México, correspondiendo al petróleo el 51 por ciento, al gas natural el 22.2 por ciento, y a los condensados el 7.5 por ciento; mientras que las energías renovables representan sólo el 15.4% del total de la generación, y el resto es por nucleoenergía y carbón.

Con base en datos de 2022 del Sistema de Información Energética, el Presidente de la CMIC explicó que el 39.3% de la energía primaria es transformada en secundaria para generar productos como gas natural, gasolinas, diésel y electricidad.

“En tanto que el 69.2% de la producción de energéticos secundarios es procesado en refinerías y plantas de gas; y el restante 30% es convertido en electricidad”, detalló al presentar un análisis sobre la capacidad de infraestructura energética en México y sus oportunidades de desarrollo.

Transporte y energía

En lo que respecta a la demanda, el informe de la CMIC señala que, en México, casi la mitad de la energía que se consume es en transporte en general, con el 47.5 por ciento, esto por la demanda de hidrocarburos.

De la energía que ocupa dicho sector, el 62.9% es por consumo de gasolina, y 27.3% de diésel, y el resto es por otro tipo de combustibles como querosenos, gas o combustóleos.

El resto del consumo energético: el 26.3% es por parte del sector industrial, 17.6% es consumo residencial, comercial y público; 3.3% es del agropecuario y lo demás no está clasificado.

“Para satisfacer esta demanda de hidrocarburos y otras formas de energía, México ha desarrollado una importante infraestructura; sin embargo, requiere ampliarse y modernizarse a fin de atender la creciente demanda de energía”, sostuvo el Presidente de la CMIC.

Agregó que con el auge del nearshoring y la oportunidad de desarrollar obras para la generación y distribución, es importante promover las inversiones en infraestructura.

Alertó que la inversión extranjera directa en generación de energía se redujo de 7,600 millones de dólares (mdd) en 2017, a 2,000 mdd.

“Dicha reducción no ha sido suficientemente compensada con inversiones públicas y privadas en construcción de obras para la generación y transmisión de energía eléctrica”, dijo Luis Méndez.

Y aunque el transporte es uno de los consumidores más importantes de combustibles, este sector también conforma un eslabón vital para el nearshoring.

México es el 7° productor mundial de vehículos y el 4° exportador, por lo que ya cuenta con la infraestructura industrial para recibir inversiones para la producción de baterías eléctricas”, destacó el informe de la CMIC.

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Propuestas de la CMIC para fortalecer la infraestructura energética

  • Desarrollar mayor capacidad de almacenamiento y distribución de gas natural.
  • Desarrollar infraestructura para transmisión de electricidad ocupando en su totalidad los recursos aprobados para inversión en transmisión y distribución de electricidad.
  • Apoyar el Plan de Infraestructura del Gobierno entrante impulsando esquemas transparentes de participación público-privada, con rectoría estatal.
  • Asegurar financiamiento para diseñar, construir y desarrollar proyectos de energías renovables.
  • Alinear los aspectos económicos, sociales y ambientales en el desarrollo de proyectos de infraestructura energética.
  • Promover la electromovilidad, con especial atención al desarrollo de infraestructura para el almacenamiento de energía renovable, como es el caso de las baterías de litio.
  • Legislar e implementar políticas para impulsar tecnologías de vanguardia que permitan el uso del hidrógeno verde.
  • Aprovechar la Inteligencia Artificial para asegurar un futuro energético sostenible y competitivo para México.

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