Ante los impactos del cambio climático, es necesario que las empresas encuentren un equilibrio entre su estrategia corporativa y los desafíos ambientales para garantizar el éxito a largo plazo, asegura estudio de Deloitte Insights.

La firma señala que aunque ya muchas empresas han comenzado a buscar estrategias tangibles y prácticas para impulsar la sostenibilidad, aún hace falta involucrar a todo el ecosistema, incluidas las organizaciones de todas las industrias.

Así como a los proveedores, los gobiernos, reguladores, organizaciones no gubernamentales, innovadores sociales, empleados e inversores, para impulsar acciones audaces y una gestión colectiva para el cambio.

Deloitte Insights destaca que la acción climática debe ser parte de las áreas clave estratégicas y operativas de enfoque de las juntas directivas, y debe ser considerada tanto a corto como a largo plazo, y no sólo como un ejercicio de cumplimiento.

Y para conocer el panorama en el sector empresarial realizó una encuesta a 230 líderes de empresas de alto nivel en todo el mundo, en el que se encontró que el 42% de los encuestados calificó el cambio climático como uno de los tres principales problemas para sus organizaciones.

En tanto, el 61% dijo que esperaba que el cambio climático impactara la estrategia y las operaciones de sus empresas durante los próximos tres años, sin embargo, consideran que es probable que los objetivos de descarbonización o la transición energética tarden años en concretarse.

Asimismo, destacaron que para abordar el cambio climático es indispensable inversión, medición y rendición de cuentas a largo plazo, por lo que es necesario situar el progreso de la transición climática en el mismo marco que se utiliza para la gestión del desempeño de las operaciones y las finanzas.

Para ello, los empresarios sostienen que es necesario que el sector se encuentre alfabetizado en múltiples formas para responder al desafío climático, por ejemplo señalan que en laa juntas directivas de las empresas de energía deben tener conocimientos sobre el clima, la energía y la economía.

Las empresas enfatizaron la importancia de incluir la estrategia climática dentro del debate sobre la estrategia corporativa, ya que esto puede permitir que las juntas directivas se mantengan enfocadas en la agenda climática.

Esta agenda climática, subrayan, debe dividirse en compromisos climáticos a largo plazo en objetivos y acciones de corto, mediano y largo plazo, para que exista la capacidad de monitorear el progreso y establecer programas con hojas de ruta ambientales.

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Estas acciones influirán de forma directa para generar confianza en los consumidores que se enfocan cada vez más en consumir productos y servicios sostenibles, esto aunado a las regulaciones por parte de las autoridades ambientales, que van evolucionando para que se cumpla con estándares de sostenibilidad.

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