Cuando Daniela Hernández entró a la universidad tenía la ilusión de convertirse en médico veterinario. Su padre era socio de una empresa familiar dedicada al transporte mientras que su madre administraba un aserradero, ambos en Puebla; justo en ese momento, ella no sabía que al poco tiempo cambiaría la bata por el volante con su propia empresa: Autotransportes DHR.
Conocía el negocio de la madera, pero nunca tuvo oportunidad de involucrarse en los camiones de su padre y de sus tíos, sin embargo, cuando había estudiado algunos semestres de Veterinaria, su papá falleció.
Aunque podía seguir estudiando o, incluso, trabajar con su madre en el aserradero, su padre le heredó su parte del negocio. Para ese entonces, en plena pandemia, uno de sus primos fue el responsable de hacer la repartición y, de momento, le dio un camión a Daniela.
A fin de evitar diferencias o cualquier situación a futuro, tuvieron a bien cada quien tomar su camino, de tal manera que ella fundó su empresa, y le pareció bien tomar sus iniciales: Daniela Hernández Ramirez, así que creó Autotransportes DHR.
Dejó la escuela y se metió de lleno a esta nueva aventura, ya que para ella era muy significativo continuar con el legado de su papá, de tal manera que así fue y emprendió esta nueva misión.
Muy pronto le tocó su “novatada”, ya que tuvo un incidente con su vehículo que fue robado, junto con sus dos planas, pero eso no fue lo peor, sino que para recuperarlos vivió un vía crucis y perdió mucho dinero.
Aunque estuvo tentada a tirar la toalla, no se amainó y se endeudó con total de seguir adelante. Al parecer tomó la mejor decisión, ya que en meses recientes el negocio va en la dirección correcta.
De hecho, ya contempla la posibilidad de comprar más camiones y emprender un crecimiento que le permita consolidar esta joven historia y convertirse en una flota referente en Chignahuapan, Puebla.
Su principal operación es moviendo tabique hacia el sureste mexicano y recién se incorporó a la nueva administración de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar), como protesorera nacional.
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Así es como alterna su vida de empresaria, hija y funcionaria del organismo cúpula para el sector, y tiene claro que la familia es fundamental para lograr sus metas, razón por la que estar cerca de su madre seguirá siendo la clave para un futuro prometedor.