El panorama apunta a que los precios de los insumos y el financiamiento para el autotransporte de carga y pasaje seguirán al alza, por esta razón se está en buen momento para evaluar adquirir nuevas unidades y hacer una planeación financiera que ayude a reducir el costo generado por los créditos.
La expectativa es que la inflación general cierre el año en 7.5%, e incluso 8%, y que el Banco de México (Banxico) lleve su Tasa de Interés Interbancaria a entre 9.5% y 10%, mientras que la Reserva Federal (FED, por sus siglas en inglés) actúa decidida – restrictiva– para contener el alza de precios.
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El pasado 23 de junio, Banxico incrementó su tasa objetivo en 75 puntos base, a 7.75%, nivel que repercute en un mayor costo del crédito otorgado por la banca comercial y los grupos financieros, por ello, aún es momento de hacer un balance y optar por crecer o renovar flota, antes de que se reflejen los futuros incrementos.
Se van a tener camiones, combustibles y costos financieros más elevados. Si una empresa puede decir ‘compro 10 vehículos pesados hoy’, pues estamos en mejor escenario que si los compra dentro de tres meses; dentro de 10, no lo sé”.
Diego Zarroca, director de Arrendamiento de Grupo Financiero Ve por Más.
En entrevista para TyT, el experto de Bx+ expuso que continuará el alza de los energéticos y de las unidades pesadas, derivado de los efectos a escala global de la pandemia y el conflicto entre Rusia y Ucrania; retos en los costos a los que se enfrentan todas las empresas transportistas.
Sin embargo, añadió que las mercancías se van a tener que transportar sí o sí, además de que habrá un incremento en la demanda para el autotransporte, en especial para aquel servicio relacionado con las empresas exportadoras, como uno de los efectos del nearshoring o regionalización de la cadena de proveeduría.
Datos del Índice Nacional de Precios Productor (INPP) indican que, en mayo pasado, los precios de los tractocamiones, camiones y autobuses hilaron siete meses de alzas consecutivas, como parte de los efectos de los incrementos de los metales industriales y otras materias primas, así como por las disrupciones en la cadena de proveeduría.
De forma adicional, el tiempo de espera para recibir las unidades nuevas es de seis meses o más. Independientemente del momento en que se vayan a recibir los vehículos pesados, al realizar el pedido en este momento, los transportistas aseguran una menor tasa de interés que la de los próximos meses.
Consultado por separado, César Salazar, miembro del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, refirió que las empresas transportistas deben evaluar qué tanto flujo comercial esperan tener, y que se pueda contar con los ingresos suficientes para no solo cubrir los costos de operación, sino los costos financieros.
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Luego de que los transportistas realizaron un pronóstico del panorama para la demanda generada por sus clientes, deben hacer una planeación financiera para adquirir, de ser necesario, los activos requeridos a una tasa competitiva. Esta decisión involucra decidir a qué proveedor o banco recurrir y cuál será la modalidad de pago.
“La planeación financiera, en un contexto como este, es muy importante para reducir el costo financiero”, sostuvo el investigador.
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