Antes del curso Conductoras Scania, Alma Rosa Ochoa Zambrano conducía un autobús de transporte de personal. Llevaba personas de un municipio a otro en Baja California.

Aquel autobús tenía una transmisión automatizada, de tal manera que su conducción era más sencilla, sobre todo considerando que ahora, en un tractocamión quinta rueda, ella ya aprendió a manejar la transmisión manual. 

Siempre le ha gustado la adrenalina. A sus 23 años, es lo que más disfruta, el poder del volante, los paisajes, la fuerza del motor y, sobre todo, ser ella quien hace posible que un vehículo tan grande se mueva y tenga una función tan importante como lo es el transporte. 

Cuando se inscribió en la convocatoria no tenía mucha esperanza de ser elegida, pero cuando se lo notificaron, gritó de alegría, se emocionó y supo que este sueño ahora sería una realidad. 

Para ella, al tener una hija pequeña, haber tomado la capacitación de Conductoras Scania representó un gran sacrificio, pues tuvo que conseguir una guardería y pedir favor a la familia para cuidar a la pequeña mientras ella se encerraba en las aulas y después a las maniobras. 

Su hija tiene cinco años y aunque resintió los cambios recientes, está muy orgullosa de su mamá. Se contagia de la emoción, pues en la familia se habla mucho de que ahora Alma será operadora de tractocamión, como siempre quiso. 

Ahora que consiga trabajo, seguirá juntando dinero para comprar una casa y establecerse con su familia, con una mejor calidad de vida y proveerle más y mejores oportunidades a su hija. 

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Está lista para el año nuevo y agradecida con quienes hicieron posible este proyecto de Conductoras Scania, pues, como en su caso, se trata de algo que les cambiará la vida, para bien.