Congresistas republicanos y demócratas se unieron para presentar la propuesta de ley que deroga el Impuesto Federal al Consumo (FET, por sus siglas en inglés) del 12% sobre los camiones, tractocamiones, remolques y chasises nuevos en Estados Unidos (EU).
El documento presentado por los legisladores Doug LaMalfa (California), Chris Pappas (New Hampshire), Darin LaHood (Illinois), Salud Carbajal (California) y Max Miller (Ohio) busca quitar la medida que incrementa el costo de estos vehículos nuevos entre 15,000 y 30,000 dólares, y de hasta 50,000 en unidades eléctricas.
Además, fue considerado por los congresistas como un impuesto obsoleto que obliga a los usuarios a mantener vehículos antiguos y menos eficientes en circulación.
La propuesta presentada el pasado 27 de marzo ante la Cámara de Representantes de Estados Unidos es similar a otras impulsadas en otros periodos legislativos que, sin embargo, no han avanzado.
La oficina del republicano LaMalfam, quien encabeza la iniciativa, destacó que esta vez ya se cuenta con un sólido apoyo de los líderes de la industria, quienes reconocen la necesidad de modernizar la flota de vehículos pesados en el país.
De hecho, Chris Spear, Presidente de la American Truck Association (ATA), comentó la importancia de derogar este impuesto implementado por primera vez hace más de un siglo para ayudar a financiar la campaña estadounidense durante la Primera Guerra Mundial.
“Mantener este impuesto anticuado en vigor supone una enorme carga, especialmente para las pequeñas flotas, las empresas familiares y los camioneros independientes, que constituyen la gran mayoría del autotransporte.
“Eliminar esta carga permitirá a los transportistas reemplazar sus camiones con equipos modernos, más seguros y limpios, lo que a su vez impulsará los empleos en la industria manufacturera”, compartió Spear.
El líder sectorial de EU también refirió que este FET tiene el porcentaje más alto (12%) aplicado a cualquier producto en el país, lo que representa una carga anual de 6,000 millones de dólares para la industria del transporte.
“En muchos casos, este gasto adicional exorbitante simplemente impide el acceso a camiones nuevos, y las pequeñas empresas con menor acceso al capital se ven perjudicadas de forma desproporcionada”, expresó.
Este dato toma mayor relevancia considerando que, de acuerdo con datos de la ATA, el 96% de las empresas de transporte de EU son pequeñas, que operan 10 camiones o menos.
“Mantener este impuesto en la contabilidad disminuye los pedidos de camiones y remolques, lo que a su vez reduce los empleos en el sector manufacturero. También retrasa la implementación de nuevos vehículos, que ofrecen mayores beneficios ambientales y de seguridad en comparación con los modelos más antiguos que aún circulan”, dijo.
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Por su parte, Jim Mullen, Director Ejecutivo de la Clean Freight Coalition (Coalición de Carga Limpia, CFC), consideró que existen muchas maneras de reducir las emisiones de los camiones, y reemplazar equipos antiguos por unos con tecnología más avanzada ofrece beneficios inmediatos para el ambiente, a la vez que protege la resiliencia de la cadena de suministro y previene el aumento de los costos del transporte, que en última instancia pagan los consumidores.
Otras organizaciones que mostraron su apoyo a los legisladores incluyen la California Trucking Association, la American Truck Dealers y la National Tank Truck Carriers.
Cabe mencionar que este impuesto exenta a equipos todoterreno, como la maquinaria agrícola y para las industrias forestal y minera; además, se paga en el momento de la venta y no se aplica a las ventas de camiones usados, lo que fomenta la compra en el mercado secundario de Estados Unidos.
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