En México se discute si es conveniente o no la circulación de camiones de doble remolque, también conocidos como fulles, mientras eso ocurre, en otros países incluso se incentiva su uso para lograr eficiencia en costos y disminuir el impacto al medio ambiente.
Quizás el de los fulles es uno de los temas más polarizados dentro de la industria del transporte de carga en nuestro país, ya que mientras algunas Cámaras sostienen que son inseguros y que afectan la infraestructura carretera así como la fuente de empleo de los operadores, para otras asociaciones su utilización resulta básica desde el punto de vista logístico, de seguridad e incluso medioambiental.
Al tiempo que esto sucede en México, en otros países se analiza, a través de diversos estudios, la posibilidad de aumentar los pesos máximos y permitir la circulación de dobles y hasta triples remolques. Veamos cuál es el panorama a nivel global.
Dobles y hasta triples
Los dobles remolques están permitidos en países y/o regiones como: Australia, Brasil, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos (en algunos estados), Finlandia, Francia, Holanda, Indonesia, Japón, México, Nueva Zelanda, Noruega, Reino Unido, Sudáfrica, Suecia y Zimbabwe. En cada uno de ellos, los pesos y dimensiones máximos pueden variar, por ejemplo en ciudades de Canadá como Alberta, se permite el flujo de camiones de doble remolque, conocidos como LCV (Longer Combination Vehicle), con carga de hasta 77.5 toneladas. Australia, por su parte, cuenta con seis provincias en donde se pueden cargar hasta 104 toneladas en vehículos triplemente articulados.
En México, el largo máximo permitido es de 31 metros de punta a punta y de acuerdo con lo establecido en la nueva Norma Oficial Mexicana NOM-012-SCT-2-2014, se eliminó el sobrepeso de 4.5 toneladas que por muchos años se autorizó a los tractocamiones de doble remolque, aunque se conservaron las unidades diferenciadas, es decir, aquéllas que tienen instalados dispositivos adicionales de seguridad, como suspensión neumática y sistema de frenado. Éstas pueden cargar hasta 75.5 toneladas y las que no cuenten con estos elementos, solo están autorizadas a llevar hasta 66.5 toneladas.
¿Son seguras o no?
Es importante mencionar que cada departamento de transporte de las ciudades en donde se incentiva el uso de los fulles, cuenta con estudios sobre el impacto en materia de seguridad y de beneficios al medio ambiente. Entre éstos destacan los resultados que obtuvo el Departamento de Transporte de Alberta, Canadá, ya que revelan –después de evaluar las tasas de colisión de distintos tipos de vehículos que circulan por las diversas carreteras de esa región– que los camiones articulados son los que tienen la mejor calificación de seguridad: «Los LCV tienen 58% menos probabilidades de estar involucrados en una colisión en comparación con un estándar de tractor-remolque, y 80% menos que los vehículos de turismo».
Por su parte, el US Department of Transportation (USDOT) también ha realizado investigaciones a este respecto, el más reciente, publicado en junio de 2015 y titulado Highway Safety and Truck Crash Comparative Analysis Technical Report. Para conducir este estudio, el USDOT identificó seis diferentes configuraciones de vehículos de seis ejes y otras alternativas de tractor-remolque, con el fin de evaluar lo que sucedería al permitir el uso generalizado de configuraciones de camiones más largos en las diferentes redes carreteras del país.
El escenario creado en Kansas no encontró diferencias sustanciales entre los índices de choques y la estabilidad de los dobles y triples remolques, mientras que en el de Idaho, se reportaron menores índices de choques en los triples remolques comparados con los de las configuraciones de doble remolque.
La seguridad que puede ofrecer este tipo de unidades está relacionada en gran medida con el uso de dollys, ¿por qué? Porque cuentan con suspensión de aire o mecánica, sistema de frenos de aire y sistema eléctrico; además de lanza de enganche de bisagras, ojillos de tracción móvil y patín manual para facilitar las maniobras de enganche.
En nuestra siguiente entrega veremos qué sucede con los fulles en Estados Unidos, nuestro principal socio comercial.