Gerardo y Roberto Cortez González eran los dos menores de cuatro hermanos. Todos trabajaban para la empresa de grúas que había fundado su padre en la Sultana del Norte, sin embargo, con el paso del tiempo, ellos dos se independizaron y crearon su propio emprendimiento con un solo vehículo… y así nació Grúas Monterrey.
Era el año 1971 cuando comenzaron a escribir esta historia como persona física y solamente una grúa. Aunque su padre no estuvo de acuerdo en la separación, siempre respetó su decisión, al igual que sus hermanos mayores que decidieron continuar con el legado paterno.
Grúas Monterrey no sería competencia de la empresa familiar, más bien lo veían como una oportunidad para generar más mercado y mayores oportunidades para el futuro. Así fue desde hace más de 50 años.
Gerardo Cortez recuerda aquel momento en que le dijo a su padre que Monterrey habría de crecer de una forma importante durante las próximas décadas, y lo que ellos querían era adelantarse a esa posibilidad con una empresa capaz de solventar las demandas del futuro.
De a poco fueron haciéndose de más camiones, pero la verdadera oportunidad de crecimiento les llegó con las grúas industriales, pues justamente como lo había visionado su fundador, la demanda era demasiado grande y eso representó un gran hito para Grúas Monterrey.
De esa manera ambas empresas se consolidaron en cada nicho: mientras el padre y los hermanos mayores seguirán ofertando grúas en remolque, los dos más jóvenes hacían lo propio con las grúas industriales.
La década de los 70 y a principios de los 80 fue de bonanza para Grúas Monterrey, de tal manera que y para los 90 tenían más empresas, como Grúas del Norte, Grúas Saltillo y Metrogrúas.
Exactamente en 1998 decidieron separar sus caminos y Roberto Cortez se quedó con Grúas del Norte, mientras que don Gerardo se quedó con las demás, con el nuevo milenio tocando a la puerta y ya con sus hijos entrándole al relevo generacional.
Para entonces estas empresas no gozaban de buena salud, de tal suerte que para Gerardo Cortez fue como empezar de cero, pero la experiencia, el conocimiento y las ganas de seguir trabajando.
Y fue así, a base de trabajo y tenacidad que logró estabilizar las empresas y consolidarse otra vez ahora con una visión mucho más amplia y madura de lo que habrían de construir en el presente y para el futuro.
Hacia 2005 decidieron especializar y separar sus operaciones, a fin de atender tanto las grúas de remolque como las industriales justo a la altura de las necesidades de la industria, y así les permitió un crecimiento armonioso y saludable.
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Hoy emplean a cerca de 600 personas y se han consolidado en el norte del país. Con Gerardo aún dirige las empresas, pero sus hijos están listos para seguir creciendo y consolidando el sueño que inició con una grúa y que dio origen a Grúas Monterrey.