La Guardia Nacional es, quizá, el organismo que más ha quedado a deber en el sexenio actual, ya que hace seis años, cuando Andrés Manuel López Obrador ganó la elección presidencial anunció la creación de este organismo que habría de cambiar todos los paradigmas en pro de una mayor seguridad en el país.
Pero los avances en esta materia no se logran por decreto presidencial; la seguridad requiere una estrategia, orden, recursos, preparación y colaboración de los tres órdenes de gobierno, de tal suerte que hoy, cuando está por terminar el sexenio, las autoridades cosecharán lo poco que han sembrado.
En este contexto, Francisco Rivas, presidente del Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), señaló que la actual administración federal ha quedado a deber en materia de seguridad por diferentes razones, como reducir los recursos para las instituciones de seguridad y procuración de justicia, así como centralizar las acciones contra el crimen en las Fuerzas Armadas.
Esos factores, dijo, son los que han debilitado a las instituciones y al sistema nacional de seguridad pública, con un alto costo.
“La gran lección que dejan los últimos cinco años apunta a reconocer la desatención presupuestal que han padecido los rubros de seguridad y procuración de justicia. Además, si hablamos específicamente de la Guardia Nacional, estamos hablando de una organización sin pies ni cabeza, cuya actuación ha sido lamentable en estos cinco años”, afirmó.
En entrevista para TyT, el especialista afirmó que en este sexenio no hay una estrategia de seguridad, y su actuación carece de planeación y de diagnósticos, además de que para regresar a los niveles de 2018, se tendrían que agregar 225,000 millones de pesos al presupuesto en la materia, lo que en realidad significará un gran reto para quien suceda a López Obrador.
En comparación con la extinta Policía Federal, los miembros de la Guardia Nacional necesitan una preparación de tres meses, mientras que con la PF la instrucción era de 14 meses, lo que deja ver que unos tenían más y mejor capacitación que otros.
Y no sólo eso, sino que en la última revisión de la Policía Federal se tenían contabilizados 37,000 elementos, mientras que la cifra más reciente de los guardias nacionales es de 230,000 efectivos, lo que sin duda deja ver la incapacidad para dar resultados con más miembros, al tiempo que las tareas de seguridad cada vez son más delegadas a las Fuerzas Armadas.
“Lo más importante es que la seguridad sea una tarea de las Policías, empezando por la Guardia Nacional, organismo que debe seguir siendo de orden civil, pues en estos cinco años han dejado claro que es una institución incompetente, que viola derechos humanos y cada vez es más corrupta”, agregó el entrevistado.
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De esta manera, para quien resulte vencedora en la próxima elección presidencial, la tarea no será sencilla, y se esperaría que inviertan en estrategia, inteligencia y mucha capacitación, para que la Guardia Nacional eleve sus estándares y tenga más herramientas para dar mejores resultados.