Refugio Muñoz hace un repaso sobre el tiempo que ha durado la pandemia de COVID-19, empezando por 2020, cuando muchas actividades económicas se detuvieron al no ser consideradas esenciales. Sin embargo, hacia finales de ese año, prácticamente todas habían vuelto a la operación, aunque con niveles inferiores a los de un año antes.
El segundo año de la crisis sanitaria registró una ligera mejoría en torno a la demanda de los servicios del autotransporte, pero al mismo tiempo, los robos carreteros iniciaron una tendencia al alza que continúa hasta hoy.
Y así fue como llegó 2022, que inició con un gran reto: el complemento Carta Porte. La primera parte del mismo, consistió en conocer la disposición; la segunda, contratar tecnología y la tercera, establecer parámetros de corresponsabilidad entre usuarios y proveedores de transporte. Sin embargo, ante la complejidad del tema, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) postergó su entrada en vigor y declaró un periodo de prueba y transición.
“Tan solo con este tema, el costo de operación de las flotas aumentó considerablemente, ya que no solo había que comprar sistemas y equipos especializados, sino también contratar personal capacitado para estos fines, además de tener que atender cualquier solicitud las 24 horas del día, los siete días de la semana”, señala Refugio Muñoz.
De forma paralela, agrega, la curva de inseguridad antes mencionada se empezó a revertir, pues si bien todavía 2021 cerró con niveles por debajo de la prepandemia, el panorama no era el más alentador al inicio de este año. Y a estas alturas de 2022, los índices están muy por arriba del año pasado.
“A grandes rasgos, así han sido los tres años que llevamos de pandemia, y es por eso que para 2023 debes hacer más con más, pues tanto las inversiones como el nearshoring y el gran momento que atraviesan las exportaciones, indican que las oportunidades para el sector son muy favorables para dar ese salto de calidad y poder regresar a los niveles de operación de 2019”, agrega.
La guerra, el diésel y la cadena de suministro
Muñoz López detalla que todos los factores macroeconómicos siempre terminan incidiendo en el autotransporte; como en el caso de la guerra en Ucrania, que sigue afectando los precios de los combustibles, razón por la que el Gobierno ha tenido que subsidiar el diésel.
Y aunque no es algo nuevo, la administración federal toma estas medidas para evitar algún golpe inflacionario y, pese a que el precio del diésel se ha mantenido estable, los transportistas no han podido ejercer el estímulo fiscal que consiste en la acreditación del IEPS.
Por si fuera poco, la cadena de suministro sigue considerablemente golpeada, lo que se ha traducido no solo en falta de camiones y remolques, sino de refacciones, a pesar de que la economía sigue creciendo durante 2022. La escasez hace lenta la evolución para el sector.
“Aquí queda comprometida la renovación vehicular y el uptime de los camiones, toda vez que, mientras una flota espera que haya disponibilidad de equipos nuevos, los que ya tiene también deben esperar a que haya refacciones”, detalla el directivo.
¿Cuándo regresarán a niveles de 2019?
Luego del breve análisis compartido por Refugio Muñoz, el especialista detalla que, incluso con la importante recuperación económica registrada en este 2022, todavía éste no será el año en el que el autotransporte recupere los niveles prepandemia de hace tres años.
Entre la cadena de suministro comprometida y la inseguridad que sigue en aumento, el entrevistado hace hincapié en que la falta de conductores se ha convertido en un obstáculo cada vez más preocupante para el sector, pues en este tema, la tendencia también va al alza.
Pero ahí no termina la lista. Con el reciente hackeo a la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), se dejó en incertidumbre la emisión de trámites dado que las altas y bajas de placas de circulación, licencias para conductor y todo tipo de permisos, se dio a cuentagotas. No obstante, el pasado 2 de diciembre, la dependencia reanudó oficialmente dichos trámites.
Lejos de contribuir al sector, estas decisiones complican la operación del autotransporte. Todos estos factores son los que no han sumado para regresar a esos niveles de antes de la pandemia, razón por la que es probable que alcancemos ese hito hacia finales de 2023”, explica.
Refugio Muñoz.
De igual modo, para el próximo año, ahora sí, terminará el periodo de prueba del complemento Carta Porte a fin de verificar que todos tomaron cartas en el asunto. Usuarios y proveedores de transporte, así como las propias autoridades, ya estarán listos para emitir toda la información requerida a través de una plataforma totalmente integrada.
Cuatro grandes temas para el autotransporte en 2023
Por último, el Vicepresidente Ejecutivo de la CANACAR considera que las buenas expectativas de crecimiento para la economía mexicana representan una gran oportunidad para detonar un mejor transporte, siempre y cuando haya las correctas y oportunas políticas públicas.
Y en este contexto, detalla cuatro aspectos fundamentales que ocuparán la agenda del sector este año que está por iniciar.
- Reactivar los trámites en la SICT. La función de la dependencia es facilitar el trabajo y la operación de quienes dependen de ella, pero ahora está haciendo exactamente lo contrario, pues mientras el transporte requiere avanzar, sin trámites está detenido. Urge que sea un proceso más eficiente y ágil.
- Determinaciones en materia fiscal. El autotransporte de carga no pide ni busca privilegios, aclara Muñoz, sino que año con año se puedan retomar las facilidades administrativas relacionadas con el estímulo del uso de las vías de comunicación y la comprobación de gastos.
- Seguir fortaleciendo las acciones por la seguridad. Los Centros de Alertamiento Inmediato continuarán sus gestiones durante el próximo año, ya que el objetivo de la CANACAR es que este modelo de colaboración sea replicado en más entidades.
- Retomar el programa de renovación vehicular. Sobre todo para micro, pequeñas y medianas empresas del transporte, toda vez que suelen ser las que tienen menos acceso a financiamientos, y es por eso que las autoridades deberían considerar esta opción, dirigida a este nicho.
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De esta manera, Refugio Muñoz congrega retos y oportunidades, obstáculos y temas, en un objetivo común: hacer más con más. Y esto significa que transportistas y generadores de carga hagan recorridos más seguros y eficientes, que hagan maniobras más ágiles, que no se pierda tiempo en las cargas y descargas.
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