Después de una serie de impactos severos que incluyeron la pandemia y la guerra en Ucrania, dando como resultado una crisis en la economía mundial en 2022, la ONU insta a los gobiernos a evitar la austeridad fiscal y a reasignar el gasto público.

Lo anterior se desprende del informe «Situación y Perspectivas de la Economía Mundial (WESP) 2023» de las Naciones Unidas, que fue publicado hoy y que estima un crecimiento mundial de 1.9% en 2023 y de 2.7% en 2024.

De acuerdo con el documento, la pandemia de COVID-19, la guerra en Ucrania y las crisis alimentaria y energética resultantes, el aumento de la inflación, el endurecimiento de la deuda y la emergencia climática, fueron los factores que se combinaron para golpear a la economía mundial en 2022.

En este contexto, la ONU prevé que el crecimiento de la producción mundial se desacelere de un 3.0% estimado en 2022 a un 1.9% en 2023.

Asimismo, se pronostica que el crecimiento mundial aumentará moderadamente hasta el 2.7% en 2024, ya que algunos de los obstáculos comenzarán a disminuir. Sin embargo, esto depende en gran medida del ritmo y la secuencia de un mayor ajuste monetario.

Además también influirá el curso y las consecuencias de la guerra en Ucrania, así como la posibilidad de más interrupciones en la cadena de suministro.

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Freno a la recuperación económica

El organismo advirtió que las tibias perspectivas económicas mundiales amenazan también el logro de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Antonio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, apuntó que «este no es el momento para el pensamiento a corto plazo o la austeridad fiscal instintiva que exacerba la desigualdad, aumenta el sufrimiento y podría poner los ODS más lejos de su alcance».

El informe establece que la recesión actual ha frenado el ritmo de la recuperación económica, amenazando a varios países.

Destaca el hecho de que el impulso del crecimiento se debilitó significativamente en economías desarrolladas en 2022, impactando negativamente en el resto del mundo.

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Inflación estimada de 6.5% en 2023

Otro de los datos que comparte la ONU es más del 85% de los bancos centrales de todo el mundo endurecieron la política monetaria; aumentaron las tasas de interés desde finales de 2021, con el objetivo de controlar las presiones inflacionarias y evitar una recesión.

Sin embargo, se prevé que la inflación mundial, que alcanzó un máximo de varias décadas de 9% en 2022, disminuya, pero se mantendrá elevada en un 6.5% en 2023.

Otro factor que impactará en 2023 es la lenta recuperación del empleo; en este sentido, las pérdidas desproporcionadas en el empleo de las mujeres durante la fase inicial de la pandemia no se han revertido por completo, y las mejoras se derivan principalmente de la recuperación de los trabajos informales.

Según el informe, el crecimiento lento, la inflación elevada y las crecientes vulnerabilidades de la deuda, amenaza con retrasar aún más los logros.

Evitar la austeridad fiscal

El informe concluye instando a los gobiernos a evitar la austeridad fiscal; señala que dicha austeridad «sofocaría el crecimiento y afectaría de manera desproporcionada a los grupos más vulnerables».

La ONU recomienda la reasignación y el cambio de prioridades del gasto público a través de intervenciones políticas directas, que crearían puestos de trabajo.

Las inversiones públicas estratégicas en educación, salud, infraestructura digital, nuevas tecnologías y mitigación y adaptación al cambio climático pueden ofrecer grandes retornos sociales, consideró el organismo.

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