María Refugio Díaz siempre quiso ser operadora, pero no sólo eso, sino que además de cumplir su sueño, tuvo la gran oportunidad de compartirlo con su esposo, a quien le enseñó a manejar un tractocamión. Aquí está parte de la historia de “La Nahualilla”.
Desde niña fue inquieta y se subía con su padre al tractocamión para simular que ella manejaba y apretar todos los botones, jugar con la palanca de cambios y así seguir avanzando aunque era él quien hacía que fuera posible.
El tiempo o el destino no le dieron la razón sino hasta muchos años después, cuando ya era adulta; de hecho también tuvo que mudarse del Estado de México para irse a vivir a Coahuila.
Su primer esposo era operador y se casó siendo muy joven. “La Nahualilla” fue mamá, ama de casa y se dedicaba al hogar y a sus hijos, sin embargo el idilio le duró muy poco y tuvo que separarse de esa pareja.
De regreso a la casa paterna no tenía muchas opciones y sí muchas responsabilidades, de tal manera que le pidió a su padre que, ahora sí, le enseñara a manejar el tractocamión, pero antes de que le dijera que sí, encontró un curso de capacitación, y no lo dudó.
Se inscribió y aprendió un poco de teoría y mucha práctica, que era lo que ella necesitaba, mientras su madre le ayudaba a cuidar a sus hijos, sin embargo, “La Nahualilla” no tenía tanto tiempo y cuando cumplió un mes se desesperó y dejó el curso para conseguir trabajar como operadora.
Alguien le dio oportunidad haciendo maniobras en patio, y de ahí ya no se detuvo, pues demostró que había nacido para esto. Incluso, en sus propias palabras, más que la carretera o los viajes, lo que más le gusta es el tractocamión, no el torton ni el rabón, sino el quinta rueda. Y ya nunca se bajó.
Años después, “La Nahualilla” se volvió a casar y le enseñó a manejar tractocamión a su esposo, quien hoy también ya es operador. Una vez más, para ella este trabajo se trata de compartir, no de envidiar ni de dividir, de echarse la mano y apoyarse, pues nunca se sabe cuándo uno necesitará del otro.
Hoy celebra que haya más oportunidades para mujeres, que haya más colegas al volante y más interés, pero eso sí, considera que hay que seguir trabajando en la sensibilización para todos los actores de la cadena logística, ya que es responsabilidad de todos, además de las urgentes condiciones de seguridad que se requieren para todos, hombres y mujeres que cada día llevan todo a todas partes.
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