El autotransporte de carga se ha convertido en una oportunidad de las mexicanas para acceder a un salario digno, en una economía donde 40% de las mujeres que trabajan perciben un salario mínimo o menos, expone la IRU en su reporte titulado Women Driving Change.
El documento analiza el papel de la mujer y el contexto en el que se desempeña en el sector transporte en distintas regiones del mundo; comparte que las mexicanas han encontrado la libertad financiera en el autotransporte de carga.
El transporte por carretera se ha presentado como una oportunidad para que las mujeres ganen un salario digno, obtengan independencia financiera y, en algunos casos, sustenten a sus familias”.
La IRU compara el salario de una trabajadora en una fábrica, de 90 dólares a la semana (unos 1,700 pesos), frente a las operadoras de carga que pueden percibir hasta 400 dólares (unos 7,200 pesos) semanales, en un puesto inicial.
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Destaca que 40% de la fuerza laboral en México es femenina, de ese total, 10% está empleada en el sector transporte y solo 2% es operadora del autotransporte de carga.
En Norteamérica la cifra más alta de participación de la mujer en la conducción de vehículos de carga la tiene Estados Unidos, con 8%; país donde 29% de los empleos del sector transporte está a cargo de una mujer.
En Asia destaca la economía de China, donde la fuerza laboral femenina es de 45% y un 6% de los puestos en la conducción de vehículos de carga es ocupado por mujeres.
Desafíos para las mexicanas en el autotransporte de carga
En el Women Driving Change, que incluye una serie de ideas surgidas del debate entre mujeres operadoras, la IRU detecta desafíos, algunos compartidos en distintos países y otros distintivos de cada región.
Para el caso de Norteamérica, en México una particularidad referida por las operadoras mexicanas es la seguridad carretera, riesgos de acoso y robos mientras viajan.
Mientras que en la región, un reto compartido son las condiciones laborales inadecuadas:
Las mujeres están presionando para obtener mejores paradores, ya que actualmente hay una escasez en toda la región”
Además, las áreas de estacionamiento que tienen algunos lugares, a menudo carecen de instalaciones como iluminación y disponibilidad de baños y regaderas”.
Mujeres abogan por la equidad de género: IRU
La incorporación de mujeres en el transporte, además de ser alimentada por el déficit de operadores a nivel global, tiene un factor común a nivel global: romper con los roles de género. Es sabido que el sector es ampliamente dominado por hombres.
Para el caso de México, la IRU muestra la labor de Paola Moncada, cofundadora y directora de la Asociación de Mujeres Operadoras de Carga (AMO), surgida en mayo de 2021.
A la fecha, AMO cuenta con 296 integrantes, la mayoría operadoras de carga, pero también abrió sus puertas a la profesionalización de conductoras de vehículos pesados de pasaje.
Destaca que las mujeres están abogando por la equidad de género en toda la industria, se están convirtiendo en empresarias y han iniciado sus propios negocios como sucede en Canadá con Drive Her, un servicio de taxis creado por una mujer y dirigido únicamente para usuarias.
En Estados Unidos destaca el papel de la Asociación de Camioneros (ATA, por sus siglas en inglés) y la Asociación de Autobuses (ABA), encargadas de defender y promover las necesidades de las mujeres conductoras de camiones y autobuses.
Mujeres en otras regiones
En Europa, la IRU estima un déficit de operadores de carga y pasaje de hasta 50,000 personas, mientras que las mujeres tras el volante de camiones y tractocamiones representa solo 4% y 16% en el transporte de autobuses interurbanos y foráneos.
Aquí también hay otra oportunidad para que más mujeres se involucren en el sector, al igual que sucede en América, las europeas luchan contra los estereotipos de género, la seguridad y mejores condiciones laborales.
En Europa también se enfrentan a la necesidad de tener un mayor equilibrio entre trabajo y vida personal, así como instalaciones idóneas en los patios de las empresas, los grandes retos del transporte.
Para el caso de África, es el autotransporte de pasaje donde las mujeres están encontrando oportunidades laborales, para obtener mayor independencia. Poco a poco se han subido a la conducción de autobuses y taxis, un “trabajo de hombres”. La seguridad carretera también es un reto.
Euroasia es un caso especial, en esta zona las mujeres tienen restricciones en cuanto a su participación en la fuerza laboral.
Debido a las restricciones legales y la presión social sobre la capacidad de las mujeres para participar en la fuerza laboral, el número de mujeres que trabajan actualmente en el transporte es mínimo, añade la IRU.
Aquí destaca Turquía, donde las mujeres se están incorporando a la fuerza laboral como conductoras de camiones, autobuses y taxis, al desafiar las normas y los estereotipos de género.
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