En los poco más de 11 años en que Miguel Elizalde Lizarraga fungió como Presidente Ejecutivo de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT), México experimentó cambios en su política económica, renegoció exitosamente su tratado comercial más importante y se recuperó de una pandemia que generó miles de decesos y paralizó el grueso de las actividades productivas.
La industria de vehículos pesados y el autotransporte estuvieron en medio de estos cambios y Miguel Elizalde Lizarraga fue un agente de cambio involucrado en las decisiones que interfieren e, incluso, definen la evolución de estos sectores de la economía mexicana.
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Hoy, el tiempo y lo vivido antes y después de la ANPACT lo han forjado como un experto que comparte con TyT su visión del mercado interno y de México como productor y exportador líder en el sector.
El reto de ser líderes hacia las cero emisiones
Quien formó parte del Cuarto de Junto en las extensas renegociaciones del ahora Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) afirma que la industria de vehículos pesados establecida en el país es de calidad y en el presente vive máximos históricos en producción y exportación, debido a las decisiones que se tomaron en la formulación de las reglas del acuerdo comercial.
Este 2024, las armadoras de pesados deberán elevar de 60% a 64% el valor de su contenido regional, requerimiento que cumplirán a más tardar el 1º de julio, sin ningún problema, pese a la “sacudida” generada por la pandemia y la afectación en las cadenas de proveeduría, afirma. En cambio, Miguel Elizalde Lizarraga advierte de mayores retos en el mediano y largo plazo.
La exitosa participación que tuvo la industria automotriz de vehículos pesados, en apoyo a las autoridades en la negociación del T-MEC, está rindiendo frutos. Sin embargo, viene un gran reto, que es mantener el liderazgo en la transición hacia las cero emisiones”.
Prevé que será en unos 20 años cuando sea mayor el número de vehículos cero emisiones circulando en la región comparado con los de diésel, lo cual demandará una mayor producción de estas unidades.
México podrá fabricar masivamente vehículos pesados eléctricos, pero deberá cumplir a la brevedad con el 64% del contenido regional y con el 70% en 2027, para ingresar a los mercados de EU y Canadá sin pagar aranceles.
El reto será cómo mantener el liderazgo en producción y exportación, y con la consecuente generación de empleos en México, con la producción de eléctricos, híbridos y de hidrógeno.
Los motores eléctricos y las baterías no cumplen con los certificados de origen, veremos que en dos o tres años el tema del nearshoring, tal vez lleve a México componentes con contenido regional a un costo competitivo”.
Miguel Elizalde consultor en Movilidad Sostenible.
México tiene un mercado estable: Miguel Elizalde
En 2012, año en que el ingeniero de origen sonorense llegó a la Asociación, las ventas al mayoreo de la industria eran 41% inferiores a los niveles de 2023, año récord, y en los reportes no existía la comercialización de vehículos híbridos y eléctricos. Ya con un buen camino recorrido, Miguel Elizalde define al mercado interno mexicano como estable, con un gran potencial.
Sostiene que la demanda de los transportistas se mueve a dos velocidades: “Las empresas con flota más joven, usualmente más grandes en tamaño, tienden a tomar mucho en cuenta los temas de seguridad vial, de las emisiones y, por supuesto, la rentabilidad del negocio”, refiere. Y en el otro extremo están quienes operan unidades del segmento secundario con más de una década de antigüedad.
En la demanda del mercado influyen el tamaño de las empresas, su cultura y necesidades tecnológicas, así como los cambios en las reglas y normas que rigen al autotransporte y una sociedad que cada vez exige una reducción de accidentes y menos emisiones contaminantes, agrega Miguel Elizalde.
Incluye, además, la cultura aportada por el Gobierno, es decir, supervisar y hacer cumplir las reglas y normas que lleven a las empresas a adquirir unidades que abonen a la seguridad vial.
“No ha habido una supervisión efectiva, porque quienes revisan a los vehículos en circulación, también están a cargo de la seguridad en carreteras”, afirma.
En general visualiza tres retos en el mercado nacional de vehículos pesados, se trata del elevado robo al autotransporte de carga, elemento que inhibe el desarrollo económico; la capacidad para mantener el nivel de ventas de 2023 en un contexto de cambio de Gobierno y el desarrollo de infraestructura energética.
La satisfacción que deja ANPACT
Quien dejó la Presidencia Ejecutiva de la ANPACT este 31 de diciembre, sostiene que su mayor alegría fue haber cumplido su misión:
Aun cuando no fabriqué ningún autobús, no exporté ningún tractocamión y no vendí ningún motor, pero sí trabajamos para formar un entorno favorable de negocios que se vio reflejado en las cifras récord de 2023 y esa es mi principal satisfacción, haber logrado lo que como industria se quiere”.
¿Qué le hubiera gustado lograr o contribuir a Miguel? “Que el país hubiese avanzado más rápido en infraestructura energética para la movilidad sostenible”, responde quien ahora desde San Diego, California, emprenderá su empresa de consultoría a favor de un transporte más eficiente, seguro y amigable con el ambiente.
A su equipo más cercano de trabajo les dice “hagan sinergia”, mientras que a los socios de la ANPACT les expresa: “En instituciones gremiales hay que pensar en cómo hacer crecer el pastel y no sólo tu rebanada”.
En entrevista, Miguel Elizalde bromeó que lo único que lamenta de su paso por la Asociación es dejar pendiente el contar con una terraza idónea para la carne asada.
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