El nearshoring es una oportunidad única e histórica para Norteamérica, y México aún no la aprovecha como debe, destacó Alberto de la Fuente, presidente del Consejo de Empresas Globales (CEEG); y advirtió que no sacar ventaja de esta situación podría llevar al país a perder la posibilidad de lograr grandes avances de cara a 2030.
«Creo que el nearshoring es una gran oportunidad, pero también creo que de cierta manera no le estamos aprovechando como deberíamos«, señaló el también presidente y director general de Shell México, durante su participación en el Foro Líderes Logísticos, organizado por Soy Logístico Asociación y el Consejo Nacional de Ejecutivos en Logística y Cadena de Suministro (Conalog).
El directivo señaló que aunque el nearshoring es un término que ha ganado notoriedad a raíz del impacto de la pandemia en la economía global, sus inicios se remontan a la conformación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), hoy renovado como el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC); el cual ha sido un ancla de integración económica en la región, al traer consigo mayor inversión, un auge en el comercio y las exportaciones; y crecimiento económico para sus integrantes.
«El evento que realmente fue importante fue hace 30 años y lo que ha ocurrido todo el tiempo es que ha venido creciendo y creciendo y probando el éxito de este modelo«, comentó al señalar que el comercio con dicho tratado creció 7 veces y que alrededor del 80% del Producto Interno Bruto (PIB) de México está relacionado con ese acuerdo.
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De la Fuente detalló que este fenómeno de integración no ocurre en otras regiones y muestra el tamaño de la economía de América del Norte, ya que los países integrantes juntos son del tamaño de Europa, cuatro veces el de la India o dos veces el de China en términos del PIB.
En ese sentido, indicó que ante esta complementariedad en Norteamérica, la relocalización de las plantas productivas representa una oportunidad de México hacia el futuro, ya que el país ha evolucionado de manufactura simple a una más compleja, y aunque aún no alcanza el nivel de China, cuenta con un potencial que resulta atractivo para la economía más grande del planeta y su vecino más cercano: Estados Unidos.
Aunado a esto, el presidente del CEEG añadió que ante el impacto para la cadena de suministro global que generó la pandemia y el conflicto entre Rusia y Ucrania, es «evidente» que la apuesta es por la regionalización, y el nearshoring puede traer beneficios para el fortalecimiento de esta cadenas.
Con el nearshoring, señaló, Mexico tiene una oportunidad con fecha de caducidad para crear entre 2 y 4 millones de empleos para 2030; traer entre 30,000 y 50,000 millones de dólares anuales de Inversión Extranjera Directa (IED) adicionales a lo registrado actualmente; incrementar 1.5-2.5% el PIB; y elevar entre 15 y 30% su productividad.
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Sin embargo, destacó que será necesario invertir en estos aspectos clave para tener cimientos fuertes y ser un polo para el nearshoring:
- Educación, capacitación y formación del capital humano
- Sistema energético sustentable
- Infraestructura crítica y logística
- Innovación e investigación
- Desarrollo de proveedores y encadenamiento de Pymes
- Simplificación y homologación regulatoria
- Seguridad, estado de derecho e impartición de justicia
De la Fuente destacó que el futuro está haciendo la ultima llamada para actuar; y si bien consideró que si no se hace nada al respecto seguirán llegando las inversiones, el impacto y las ventajas no serán las mismas, y que en lugar de «surfear sobre la ola nos va a revolcar».
«El 2023 es el año de Mexico y de Norteamérica. Si este año no pensamos en 2030, llegaremos tarde. Creo que es es tiempo de actuar ya», finalizó.
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