Desde la sucesión presidencial en México el año pasado y la llegada de Donald Trump empezando 2025, el ambiente de incertidumbre sigue perdurando en las distintas esferas económicas y políticas no sólo del país, sino de todo el mundo, y los retos, en este sentido, no son menores. 

Además, los conflictos geopolíticos y comerciales siguen generando un sentimiento de desconfianza sobre el desempeño de la economía nacional, sobre todo si se considera que el Producto Interno Bruto podría registrar un avance inferior al 1% durante el primer trimestre del año.

Incluso el Banco de México también redujo las expectativas para todo 2025, cuando ajustó a 6% el crecimiento de la economía mexicana este año, lo que sin duda dejaría ver una clara desaceleración económica, que sin duda estaría desencadenando una serie de retos para el sector empresarial.

De acuerdo con el estudio Perspectivas Alta Dirección en México 2025, de KPMG, los directivos consultados coinciden que este año seguirá marcado por estos once principales retos:

  1. Incrementar la confianza en el Estado de derecho (72%)
  2. Garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas (40%)
  3. Implementar políticas públicas que fomenten la inversión privada (38%)
  4. Contar con la infraestructura necesaria que requiere el nearshoring (37%)
  5. Concretar oportunidades de inversión relacionadas con el nearshoring (30%)
  6. Revisión del T-MEC (28%)
  7. Consolidar relaciones comerciales con otras economías (17%)
  8. Mantener a la baja la inflación (12%)
  9. Mantener la competitividad en los mercados globales (10%)
  10. Fortalecer la resiliencia de las cadenas de valor (8%)
  11. Restablecer la continuidad de las cadenas de valor (3%)

En este contexto, César González, consultor empresarial, considera que lo más recomendable para las organizaciones será darle prioridad al control de sus finanzas, es decir, garantizar el control de costos y gastos a fin de mantener la estabilidad en las operaciones y no tomar decisiones drásticas ante tal incertidumbre. 

Asimismo, agregó, hay que buscar alternativas para generar nuevos flujos de ingresos, lo que en transporte se puede traducir como la diversificación de operaciones y, por supuesto, la eficiencia en cada proceso de la cadena de valor. 

Pero el principal de los retos, afirma, está relacionado con la gestión de talento, ya que no basta con captar, sino que también hay que retenerlo y, sobre todo, desarrollarlo.

Es por eso que las empresas consideran que aspectos como permear una cultura enfocada en propósito alineado a la estrategia, desarrollar las habilidades necesarias para implementar la transformación digital y brincar las herramientas necesarias para adaptarse a disrupción constante, tales como recursos tecnológicos, plataformas digitales, entre otros son prioritarios en su estrategia de gestión del talento.

Es así como las empresas pueden fidelizar a sus clientes y generar un sentido de pertenencia al talento, lo que, sin duda, puede derivar en un mayor volumen de ventas, así como en la posibilidad de construir una buena reputación empresarial. 

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Cuando se trata de hacer sentir al personal identificado con la misión, visión y valores del negocio, una cultura organizacional adecuada otorga ventajas competitivas que potencian la posición de la compañía en el mercado. 

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