Renato Navarro nació en Morelia, Michoacán, pero desde muy joven se mudó a Tijuana para estudiar la preparatoria, y fue en la ciudad fronteriza donde hizo su vida, pues ahí conoció a su esposa y comenzó a trabajar, mucho antes de convertirse en operador. 

Fue justo cuando seguía estudiando que consiguió un trabajo en una empresa de taxis, pero en el área administrativa, y años después le dio curiosidad cómo sería manejar una van de esas que cruzan la frontera para llevar y traer mercancías entre México y Estados Unidos.

Consiguió trabajo en una empresa que le dio la oportunidad de cruzar la frontera y descubrió que era bueno manejando, de tal manera que rápido pidió subirse al tractocamión, y en quinta rueda era aún mucho mejor. 

Años después fue contratado por Transportes Mex-Cal, también en Tijuana, y fue ahí donde desarrolló una de sus principales habilidades: la instrucción. 

En esta escuela fue pieza clave para crear un centro de formación para operadores, y él fue el capacitador principal, ya que su habilidad para la docencia también era natural, y a la fecha ya capacitó a más de 200 nuevos conductores. 

“Originalmente elegí este trabajo por el salario, ya que es bien pagado, pero lo que más he disfrutado es compartir lo que sé, mi experiencia, mis conocimientos y todos los buenos consejos con las buenas generaciones, y de hecho por eso mi 10-28 es ‘El Profe’, y así me conocen todos”, señaló. 

Y aunque ha sido una buena elección, este operador considera que lo más difícil de su trabajo siempre ha sido el tiempo sacrificado con su familia, ya que para él lo más importante es el hogar, y se ha perdido algunos cumpleaños, actividades escolares y cualquier fecha importante. 

No obstante, en Mex-Cal ha tenido un buen lugar para buscar un equilibrio entre el trabajo y la familia, razón por la que sigue rodando en la frontera de California y lo seguirá haciendo mientras tenga salud y ánimo para seguir aprendiendo. 

Tiene una hija de 19 años y un hijo de 10, a ellos no les gustan los camiones, pero sabe que si en algún caso, ellos quisieran aprender a manejar y seguir sus pasos, para él sería quizá la mejor capacitación, pues además de criarlos serían sus alumnos.

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Por último, “El Profe” envía un mensaje a las nuevas generaciones de operadores, les dice que no tengan miedo, ya que éste, al igual que todos los trabajos, tiene sus propios riesgos, pero siempre valdrá la pena afrontarlos por construir una mejor forma de vida. 

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