La industria de vehículos pesados y los transportistas están obligados a migrar a mayor velocidad a tecnologías más limpias a través del uso de diésel de Ultra Bajo Azufre (UBA), en tanto Petróleos Mexicanos (Pemex) no logra un abasto total del combustible, una tarea que será heredada a la próxima administración federal. 

En México se vive una realidad contrastante que genera incertidumbre sobre la disponibilidad del diésel adecuado para las tecnologías Euro Vl y EPA 10. De no resolverse con prontitud, puede resultar perjudicial para la renovación de flota de vehículos pesados y, por lo tanto, para la reducción de emisiones contaminantes.

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Pemex tiene una prórroga al 31 de diciembre de 2026, otorgada por la Comisión Reguladora de Energía (CRE) para producir, distribuir o comercializar simultáneamente diésel regular y UBA en el país. 

Por el otro lado, el pasado 25 de abril la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) un acuerdo por el que elimina la extensión al 31 de diciembre de este año en la NOM-044 para la expedición de certificados adicionales para las familias de vehículos pesados con tecnologías Euro V y EPA 07. 

Pemex ha realizado múltiples proyecciones sobre su producción de diésel y, en todas ellas, no ha logrado sus objetivos. En diciembre de 2021, en conferencia matutina desde Palacio Nacional, se previó la refinación de 542 mil barriles diarios (Mbd) para este 2024. Hasta abril pasado, su producción fue de 189.6 Mbd, es decir, 65% inferior. Y la situación se agudiza al considerar que, de ese total, sólo 64.7% fue diésel UBA. 

Avances de Pemex en producción de diésel UBA

En efecto, la paraestatal dirigida por Octavio Romero Oropeza ha incrementado la refinación del petrolífero que contiene un máximo de 15 partes por millón de azufre, con la reconfiguración de sus plantas de Minatitlán, en Veracruz, y Cadereyta, en Nuevo León. 

En seis años, Pemex duplicó su producción de DUBA, al pasar de 59.7 Mbd en abril de 2018, en la administración del Gobierno pasado, a 122.6 Mbd en igual mes del presente año, refieren las últimas cifras proporcionadas por la petrolera. 

Caso contrario es el de la refinación de diésel regular, pues descendió 42.1% en el lapso de referencia. En total, la producción del petrolífero indispensable para el autotransporte incrementó 26.8% en los últimos seis años. Sin embargo, los esfuerzos no han sido suficientes. 

Para llegar a la meta de lo que se estableció para este 2024, las refinerías deben de estar trabajando por arriba del 84% y lo veo muy complicado, porque los reportes de la Secretaría de Energía determinan que hay un número de fallas, en especial cuando se incrementa el volumen. 

Esto deriva en que no vamos a tener una cierta cantidad de diésel de Ultra Bajo Azufre, y estamos en espera de las reconfiguraciones que se hagan, sobre todo en Tula y en Salina Cruz, para aumentar la cantidad de DUBA”,

Ramsés Pech Razo, socio de Caraiva y Asociados-León & Pech Architects. 

Resultados postergados 

El Gobierno federal estimó que las refinerías de Madero; Salina Cruz y Dos Bocas aportarían en su conjunto 206 Mbd de diésel UBA para 2024. En cambio, al cuarto mes de este año no reportaron producción de este combustible. 

En el caso de Dos Bocas, Romero Oropeza informó en mayo que iniciarían una serie de pruebas en la planta de diésel UBA, con diésel crudo con bastante azufre que no se puede procesar en la planta de Madero.

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Al respecto, Pech Razo evalúa que se trata de un proceso gradual de pruebas para evaluar las particularidades de la operación, que puede tardar, incluso, un año. 

El Director General de Pemex también precisó que la coquizadora de Tula producirá 80 Mbd de gasolina y diésel UBA, proyecto que requirió una inversión total de 5,000 millones de dólares y que iniciará operaciones este julio.

En el caso de Salina Cruz, su producción se estima en 74 Mbd entre gasolina y diésel UBA, con un costo de 3,500 millones de dólares; sin embargo, este Gobierno la dejará con un avance físico y financiero de 54 por ciento. 

La autosuficiencia deberá esperar

En abril, la petrolera mexicana importó 131.2 Mbd de diésel, una cantidad superior, incluso, a su producción de DUBA en el mismo mes.

Si bien el Gobierno de México redujo sus compras internacionales de este combustible en 44 por ciento, entre 2018 y este 2024, todo parece indicar que la autosuficiencia energética deberá esperar para que realmente se garantice el abasto total del petrolífero. 

La importación es la única solución para asegurar que haya diésel UBA, a fin de cumplir con la NOM-044 y que los transportistas puedan sustituir su parque vehicular de una manera ordenada y segura, sin el grado de incertidumbre que tienen que enfrentar en este momento”.

Luis Miguel Labardini Deveaux, socio en Marcos y Asociados Consultoría Energética. 

La Secretaría de Energía (Sener) proyectó una producción nacional de 289.6 Mbd de diésel para este año, más la importación de 106.5 miles de barriles diarios; mientras que para 2025, la producción crecería 27.3% a 368.8 Mbd y las importaciones caerían 76% a 25.5 Mbd. 

A corto y mediano plazo, estos pronósticos son difíciles de cumplir, en especial cuando el autotransporte demanda 83% del consumo nacional.

La propia autoridad energética del país prevé que este modo de transporte será el que más incrementará el uso de diésel, en un contexto de mayor movimiento de carga, impulsado en parte por el nearshoring. 

Contradicción

Luis Miguel Labardini evalúa que para Pemex no ha sido una prioridad el DUBA, pues se han concentrado en incrementar el porcentaje de utilización de las refinerías, independientemente de si es DUBA o no.

Hay una contradicción muy grande, porque a la industria de vehículos la obligan a sacar del mercado las tecnologías que utilizan diésel regular, mientras que Pemex no asume explícitamente el compromiso de tener la disponibilidad de DUBA en cualquier parte del país”. 

Luis Miguel Labardini Deveaux, socio en Marcos y Asociados Consultoría Energética. 

Ante este panorama, sostiene que las autoridades deben escuchar a la industria y permitir una convivencia de las tecnologías Euro V y EPA 07 con Euro VI y EPA 10.

Este proceso de incremento de la refinación de Pemex deberá estar acompañado de importaciones de diésel UBA, así como de mayores esfuerzos en la distribución del petrolífero en aquellos corredores logísticos que conectan los distintos puntos industriales de México, así como las aduanas.

Sí, la petrolera también debe pensar en una estrategia de logística y distribución que atienda las necesidades de este modo de transporte que aporta 3.7% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.

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