Desde que era muy joven, Jazmín Gutiérrez Flores aprendió a manejar. Su madre le enseñó, primero metiendo y sacando de la casa su vehículo particular, y después ya empezó a darse unas vueltas en su colonia. Lejos estaba de imaginar que pertenecería a la primera generación de Conductoras Scania.
Antes de participar en este programa desarrollado por Scania, la Canacar y la Asociación de Mujeres Operadoras (AMO), Jazmín tenía poco más de un año conduciendo para Uber y Didi, pues eso de la manejada siempre se le dio y siempre le gustó.
Antes tuvo una pareja que se dedicaba al autotransporte en Estados Unidos. él le platicaba de los tractocamiones, de los caminos, de los motores y eso despertó aún más su curiosidad.
Después terminó esa relación, pero la inquietud nunca se fue, así que siguió preguntando a otros operadores, subiendo a los camiones y abriendo caminos para esta historia que aún está por escribirse.
Sus hijos, de 18, 14 y 12 años, siempre la han apoyado y ahora están felices por ella, porque al fin cumplirá su sueño y saben que el próximo año estará lleno de oportunidades laborales para su madre.
Y ese es el principal objetivo de Jazmín, aprovechar todo lo aprendido en Conductoras Scania y conseguir un trabajo que le permita ejercer esta noble profesión que al fin se le dio.
Sobre el curso, ella está, primero agradecida con los organizadores, y segundo, sorprendida con los niveles de profesionalismo con que las capacitan.
Incluso considera que no estaría de más que muchos operadores que ya tienen años y kilómetros a cuestas se dieran una vuelta por las aulas, ya que nunca está de más reforzar los conocimientos y nociones de prevención y seguridad vial.
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Por último, agradece a su familia, amigos e instructores del curso por el apoyo y la confianza de convertirse en una operadora profesional. Ahora ella hará todo lo posible para demostrar que valió la pena.