En el camino hacia una flota sustentable hay muchas rutas, pero en prácticamente todas es indispensable que el Gobierno apoye a las empresas transportistas o genere las condiciones para adquirir vehículos más limpios.
Por ello, el Termómetro TyT indagó sobre las acciones que el Gobierno debería emprender para impulsar la adopción de estas tecnologías en el transporte.
En primera posición, con el 34% de la votación se colocó el ofrecer estímulos a este tipo de tecnología.
Sobre el tema, particularmente en el tema de vehículos eléctricos, Element Fleet Management cita algunos incentivos, como: la exención temporal pago de derecho de importación, exención ISAN, exención de pago de tenencia (en la mayoría de los estados), engomado E / Exención de verificación ambiental, placas ECO para unidades con tecnología híbrida o eléctrica.
También los vehículos de bajas emisiones están exentos de diversas restricciones de movilidad en distintas ciudades del país.
Por otro lado, el Termómetro TyT encontró que el 31.3% de los transportistas participantes consideró que para tener una flota más sustentable se requiere ofrecer financiamiento para los vehículos.
En este renglón, la problemática no solo influye en aquellas unidades con tecnologías de bajas emisiones, sino que ha dificultado a los transportistas renovar su flota.
Recientemente, el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) y Nacional Financiera (Nafin) lanzaron el Programa de modernización de maquinaria y equipo para PyMEs, que incluye créditos para el autotransporte.
La iniciativa, que consta de 36,000 millones de pesos en créditos, busca impulsar la productividad y competitividad de las micro, pequeñas y medianas empresas, con el objetivo de que aprovechen las oportunidades generadas por el nearshoring.
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El Termómetro TyT también reveló que 22.7% de los transportistas consideran que hace falta crear una regulación y normas claras para impulsar una flota sustentable.
Por ejemplo, apenas la propuesta de Estrategia Nacional de Movilidad Eléctrica plantea acciones en este rubro como: estandarización de infraestructura, creación de Normas Oficiales Mexicanas (NOM) con lineamientos mínimos de seguridad de los componentes y unidades para vehículos eléctricos ligeros y pesados (tanto de carga como pasaje), revisión de reglamentos de pesos y dimensiones para estas unidades, entre otros pendientes.
Sin estas definiciones, los transportistas tienen dudas sobre el rumbo que tomará la adopción de esta tecnología.
Finalmente, el Termómetro TyT –realizado a través de la plataforma X @revistatyt– encontró que 12% considera que el Gobierno tiene que garantizar la disponibilidad de diésel de ultra bajo azufre (UBA).
Sobre el tema, datos del Sistema de Información Energética da cuenta de una mejora en la disponibilidad a junio de este año, superando incluso los 400 miles de barriles diarios (Mbd) en un par de ocasiones durante el último año.
No obstante, justo este 14 de septiembre, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) otorgó a PEMEX Transformación Industrial una extensión de dos años para que comercialice simultáneamente diésel regular y UBA en la totalidad del país.
Ante la imposibilidad de Pemex de distribuir únicamente el petrolífero UBA en el 100% del territorio nacional, a partir del 1º de enero de 2025, la CRE extendió el plazo a enero de 2027.
Esto, sin duda, genera incertidumbre para la adquisición de vehículos con estándares Euro VI y EPA 10, los cuales requieren diésel UBA.
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